martes, 17 de enero de 2006

 

Sócrates


Pulsa si no lees muy bien la letra de la canción

Llevo casi una hora intentado escribir un texto épico y a la altura del personaje, pero definitivamente no es lo mío. He optado por poner la poesía de aquí arriba, que es en realidad la letra de una canción del músico José Miguel (Zé) Soares Wisnik, que dice en pocas palabras mucho más de lo que yo, que me enrollo más que un Phoskito, hubiera logrado expresar en dos toneladas de posts. Aún así, voy a intentar dar algunos datos más sobre el personaje de la foto, confiando al menos en que este torpe intento sirva para animar a los que verdaderamente controlan de esto de la épica deportiva en la redacción del Pegamin, y que vuelva por aquí la glosa futbolística y las historias sobre balonpedistas añejos, puteros, borrachos y fulleros.

Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira creo que es un gran exponente del fútbol de verdad, y no de esto a lo que se juega ahora, al menos en España, donde no hay un solo delantero potente, con carisma, con garra y al que le importe una mierda despeinarse para la portada del Marca. Con esta colección de backstreetboys millonarios, guapitos y pijos que tenemos, es buen momento para recordar a un icono como Sócrates, "El Doctor", el cerebral mediocampista del fútbol carioca ochentero.

Nacido el 19 de febrero de 1954 en Belém (en Brasil, no en el portal) iba para cirujano y tenía el fútbol como una más de sus aficiones, pero en 1974 firmó en un contrato profesional con el equipo de su localidad, Riberão Preto, en el estado de São Paulo. Haciendo honor a su verdadero nombre, entre sus otras aficiones estaban también la lectura y la filosofía, pero el balompié pudo con sus aspiraciones e hizo que abandonara temporalmente sus estudios. Jugó en el Flamingo y en el Santos, pero fue con la camiseta de Corinthians que llegó a convertirse en una verdadera leyenda, así como dirigiendo a los barbudos integrantes de la selección carioca en los años 80. Era un centrocampista que sabía leer el juego como nadie, muy serio y con mala baba, potente en el disparo y en la carrera, y con un regateo más propio de una ballerina que de un tiarrón con aspecto de sintecho.

Más allá de ser el carismático repartidor del juego de la selección brasileira durante los 80s, en aquellos rudos tiempos en los que Telê Santana llevaba la batuta de Zé Carlos, Branco, Casagrande, Zico, Careca, etc., el Brasil de mis cromos, el de la camiseta ceñida y los micro-gayumbos celestes de esparto, Sócrates era un verdadero símbolo. Activista político, brillante orador y severo con los rivales, cautivó el corazón de toda una generación reprimida por años de dictadura. Jugaba en el centro, por lo que no era un gran goleador, pero se echa muchísimo de menos a jugadores como él, menos preocupados por la imagen y dando caña, con pases largos inigualables y un verdadero muro de contención en la galleta central.

Sócrates será recordado por tirar los penaltis sin carrerilla. Se plantaba delante del balón, mirando al suelo. Echaba la pierna derecha hacia atrás, y la soltaba como un resorte, lanzando misiles a la red sin pestañear ni cambiar el rictus reflexivo, y sin exagerar la celebración por su infinito respeto al contrario. Renegaba del excesivo entrenamiento, abogando por la improvisación en el césped. Además, es bien sabida su afición por el tabaco y la cerveza. Confesó en varias ocasiones que se fumaba puros como robles, follaba enoloquecido y se emborrachaba la noche anterior a los partidos, sin miramientos ni tanta mariconada de hoy en día. Cuentan que en sus últimos partidos del Corinthians tenían prohibido a las cámaras enfocar al banquillo, por la mala imagen que daba "El Doctor" rodeado de latas de birra y despachando un cigarro tras otro. Otra de sus aficiones eran los cabezazos al defensa contrario cuando éste le tocaba demasiado los cojones, siempre mirando al árbitro con el rabillo del ojo; o su costumbre de acercarse y susurrar al oído a los rivales simpáticas palabras acerca de sus novias o sus madres, para desconcertarles en el momento de lanzar las faltas. A pesar de ello, pasará por ser un jugador limpio y correcto. Un zorro, un intelectual y una bomba de relojería cuando llevaba el balón entre sus ágiles piernas.


A mediados de los 80, juró que si la población brasileña no coincidía en las urnas con sus deseos políticos, se largaría a Italia. Cosa que hizo tras las elecciones de 1985, cuando marchó a jugar con la Fiorentina. Una vez retirado del fútbol profesional, probó suerte como músico (llegó a publicar dos discos de canción de autor) y como pintor, y hace poco estrenó una obra de teatro creada y dirigida por él llamada "Fútbol", donde trataba de llevar el espíritu de sus gloriosos años deportivos a los teatros cariocas. Recientemente, con 50 años cumplidos, aceptó una oferta del Garforth Town Football Club, un equipo modesto y amateur de la Northern Counties East Football League británica, donde fue entrenador y delantero centro, simultáneamente, durante la temporada 2004-2005, entre fontaneros, mecánicos y sobre todo mineros.

Actualmente está ligado de nuevo a la directiva del Corinthians, aunque siempre que puede se queja de que su equipo se está "argentinizando" demasiado, y añora sus años de profesional, de cuando en lugar de masajista era simplemente "El Doctor".

Comments:
Bueno, creo que con este post he dejado claro que:

a) no tengo ni puta idea de fútbol;

b) el fútbol de hoy en día (1ª división española, quicir) me parece una mierda, y creo que carece de interés alguno, pero la nostalgia me puede al hablar de mis ídolos de infancia;

c) me encanta leer sobre épica futbolística de ésta. A ver si me corregís lo que haya puesto mal, y se anima esto, que por aquí hay quien controla mucho.

Aprovecho para saludar y desear que la plantilla del Real Madrí se lesione, todos a la vez, y se vayan a hacer puñetas.
 
esta de puta madre fruno, ademas socrates siempre me gustó.
 
a mí también me ha gustado mucho, cada vez me da más vergüenza escribir aquí.
 
No jodas, Ender, que no decaiga. El Capitán Spiff tiene que tener montones de aventuras inéditas. Y tú también...
 
El mítico Sócrates... creo que fue él el que dijo una de las frases míticas del fútbol reciente.
Cuando en el mundial 82 Brasil jugó un partidazo pero se estrelló contra el catenaccio italiano y cayó eliminada, en el vestuario les dijo a sus compañeros:
"¿Por qué estáis tristes? Mejor no se puede jugar al fútbol. Y si después de esto hemos perdido, pues PEOR PARA EL FÚTBOL"
Una frase que define muy bien el fútbol actual, por cierto...
 
Yo estoy como énder, totalmente acomplejado con la Sapientísima Trinidad (Ben-Puta/Fruno/Zanini)y pienso que mis gargajos mentales no interesan a nadie por aquí y que si los cuelgo os voy a cortar el rollo. El corta-pega/pone vídeos-fotos muy bien pero de lo demás, muy poquita cosa. Eso sí, me sorprendieron gratamente los 21 comentarios a uno de mis post, aunque creo que esto lleva otra línea.
Parece ser que para esto de los blogs se recomiendan textos cortitos y muchos. Yo por lo menos estoy tan influido por los M. Bruttos y los No me Judas del Popular 1 y por vosotros mismos que tiendo al mamotreto/chorizo

http://elblogdeglendon.blogspot.com/
 
Ahora odio el fútbol como fenómeno, odio a la prensa deportiva y sus intereses, y detesto al aficionado cegado y engañado por los medios. Pero la épica del soccer me mola.

Pasa una cosa con la afición al fútbol aquí, es algo que pasa de padres a hijos como una tradición ritual no escrita, con lo cual casi naces y bebes de ello.

En mi caso, pasé por varias épocas:

- una infancia de forofismo infantil (Santillana, Migueli, Schuster, Hugo Sánchez, Marina, Gordillo...)
- adolescencia de análisis fútbolero e interes por el juego en sí (Stoichkov, Kiko, Alfonso)
- los veinte, nihilistas (Raules y demás...)
- ahora, absoluta indiferencia.

Sin embargo, el balompié de nuestra infancia, con sus camisetas de las tres rayas, me parece algo a reivindicar, sin ningún tipo de vergüenza ¿No se reivindica Mazinger o La Aldea del Arce (sic)?

Y los trapos sucios...
 
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