jueves, 1 de diciembre de 2005
La oscura historia del príncipe de la luz...
A lo largo de la historia de la música popular ha habido muchísimos casos de artistas de los que, por unos u otros motivos, se ha sabido muy poco. Un halo de misterio, buscado o encontrado, envolvía sus movimientos, su vida y su carrera, y con el paso de su fama se ha hecho más denso aún. Quizás por eso es más difícil olvidarlos, escapar a su fascinación; Robert Johnson, el bluesman que –dicen- vendió su alma al diablo y compuso apenas una veintena de canciones, ha sido un mito para generaciones de músicos de rock. O eden abnez, que escribió temas como “Nature Boy” antes de desaparecer como un vagabundo y no permitía que su nombre se escribiera en mayúsculas porque eso solo lo merecía Dios. O más recientemente Peter Green, el primer líder de Fleetwood Mac, que un día sintió una especie de iluminación y se desprendió de todos sus bienes materiales, guitarras incluidas, antes de renegar de la música. Y, por supuesto, nuestro protagonista de hoy, el misterioso vocalista Kuldip Singh, también conocido como ‘El príncipe de la luz’...
“Nació en el Valle de Cachemira, entre la India y Pakistán. Muy niño aún recorre las principales capitales de América, Asia y Europa con su padre, que es abogado de prestigio internacional. Son viajes muy rápidos pero que van infundiendo en el niño un espíritu abierto y optimista. Cuando vuelve a su tierra natal comienza su educación primaria en Hyabrabad Sind (Lahore). A los nueve años, viaja a Estados Unidos, donde permanece interno en un colegio hasta los diecisiete, en que se gradúa en la Universidad de California. Estudia medicina y cultiva la música, por la que siente una especial inclinación. Su pasión es cantar.
Por aquel entonces, Groucho Marx presentaba un popular concurso en televisión. Kuldip acude al programa y la suerte le elige para participar en él. Contesta a numerosas preguntas y le piden que cante. Es en ese momento cuando comienza el éxito. Miles de cartas se reciben. Todos quieren volverle a escuchar. Todos se interesan por el joven cantante venido de la lejana, poética y misteriosa India. Los contratos se suceden y las proposiciones se multiplican. Firma con la Twenty Century Fox. La revista Life publica un extenso reportaje sobre el joven cantante. La NBC le contrata como actor y participa en los fabulosos programas de televisión junto a (Tennesse) Ernie Ford, Bob Crosby, Ed Sullivan y Perry Como. Representa importantes papeles en famosas operetas norteamericanas y recorre las principales ciudades de Estados Unidos... ya es estrella...
En ese importante momento de la vida artística de Kuldip, la llamada a la obediencia paterna, tan sagrada en la India, le recuerda su carrera universitaria abandonada. Es el momento de la gran decisión. Debe terminar la carrera de medicina. A finales del verano de 1964 resuelve venir a España en el más riguroso incógnito y proseguir sus estudios universitarios.
En España se siente feliz. Le gusta nuestro ambiente. Es un ferviente admirador de nuestras costumbres, pero añora su tierra y echa de menos sus grandes triunfos en América. Por eso decide buscar una válvula de escape y decide compaginar sus estudios con la música. Quiere volver a cantar. Es entonces cuando firma su contrato exclusivo con Hispavox.
El disco que hoy les presentamos, el primero que graba en España, es el resultado de esta nueva etapa en la vida de Kuldip y de su gran pasión por la música. Desde el lejano Oriente llegó al nuevo mundo y triunfó, representando a la moderna generación de la India. Ahora espera su consagración definitiva en el nuevo continente”.
Lo que antecede es una breve biografía que acompañaba al primer EP de Kuldip en nuestro país, editado por Hispavox. Un disco que comenzó a llamar la atención sobre el personaje y en el que nadie parecía ser quién realmente era; los arreglos, por ejemplo, los firmaba Frank Ferran, que no era otro que el ‘totémico’ director de orquesta y arreglista Waldo de los Ríos, ya considerado un genio a ambos lados del Atlántico en los que se hablaba castellano pero aún lejos de su fama popular de los setenta. Y la historia de Kuldip no podía ser más estimulante en una época en la que el mundo nos parecía más grande y en algunas de sus esquinas más lejano, y un personaje como él no podía pasar desapercibido... Aunque fuera prácticamente imposible saber a ciencia cierta quien era más allá de lo que contaba. Y en una extensa entrevista que hizo poco después con el entonces neófito Paco Umbral ponía aún más misterio en el relato:
“Para sus miles de súbditos es el príncipe Kuldip. Para sus miles de fans, sencillamente Kuldip. Para unos y otros es el ‘Príncipe de la Luz’, título que ha heredado de sus antepasados. Del remoto Gurú Nanak fundador de la religión Sikh. Kuldip ha viajado y estudiado por el mundo. Hollywood le lanzó a la canción. Actualmente, en Madrid, estudia medicina y graba discos para una importante casa de música. Estamos en su apartamento madrileño.
- Yo nací en el valle de Cachemira. No le digo cuantos años hace de eso porque creo que la edad se la hace uno y poco importan las fechas.
Kuldip es a sus súbditos y a su religión lo que el joven Kharim Agha Khan a la suya. Estos últimos descendientes de las legendarias religiones hindúes son ya un producto completamente occidental. Kuldip, alto y delgado, muy joven, delata en su rostro, empero, los rasgos y el color de su raza. Habla el castellano con una oriental musicalidad.
- Los Sikh son guerreros. Mi abuelo (llamamos abuelos a todos nuestros antepasados) fue un reformador del hinduismo. Predicó la bondad y suprimió el culto a los ídolos. Tenemos diez millones de súbditos. Pero yo creo que, de los quinientos millones de habitantes de la India, un setenta por ciento sigue nuestros preceptos y se inspira en la Biblia.
- ¿Es usted descendiente directo de esta dinastía?
- Mi padre es el descendiente número trece en línea directa. Y yo soy el hijo mayor. Como usted ha anotado, mi situación es la misma que la del príncipe Kharim con respecto al Islam.
- Una vez que salió de su país, ¿dónde ha vivido durante más tiempo?
- En los Estados Unidos. En Los Ángeles. Allí estudiaba cuando me descubrió Groucho Marx. Groucho hacía un programa de televisión. Y buscaba caras nuevas, y a ser posible exóticas. Y me encontró a mí...
Kuldip sonríe. Iba a convertirse en un cantante famoso. Frente a los ritmos violentos de Elvis Priestley (sic), él traía una canción romántica y sentimental.
- Gané mucho dinero. Hice una película con Shirley Temple, ‘El hijo de Aladino’. Pero entonces llegó mi padre a enterarse de lo que ocurría. Mis estudios no iban muy bien. Mi padre quiere que termine la carrera de medicina para que, el día en que vuelva a la India y me ponga al frente de nuestros súbditos, pueda serles útil de alguna forma. Me propuso elegir un país donde terminar mis estudios. Y después de pensarlo mucho, me decidí por España. Y aquí estoy. Hace aproximadamente un año que vivo en España.
- Y ha vuelto a cantar...
- Era inevitable. Este país me gusta mucho. Por su profunda espiritualidad, me recuerda al mío. El idioma español me encanta. He escrito las letras de varias canciones en español. Estos son los discos”.
Aquí hacemos el primer inciso. En los años sesenta era realmente difícil contrastar cualquier tipo de información y, además, era una época en la que en cierta manera un origen misterioso y exótico añadía ‘charme’ a cualquier artista; no fueron pocos los que añadieron todo tipo de episodios rocambolescos y aventureros a su biografía, incluso en el caso de artistas muy conocidos. Pero hoy tenemos herramientas como Internet, que si bien no debe considerar como el caliz de la verdad absoluta, si que es útil para contrastar cierta información. Como que por ejemplo, Shirley Temple se retiró del cine en 1949, y aunque grabó algunos programas televisivos después, no hizo ninguna película que se llamara “El hijo de Aladino”. Tampoco está muy claro que Groucho tuviera un programa de las características del que describe Kuldip, pero las memorias de la televisión son tan olvidadizas que quizás...
Sigamos con la añeja entrevista:
“Pero Kuldip es un buen estudiante, a pesar de todo. Acude todas las mañanas al Clínico. La carpeta de sus discos le presenta tocado con turbante. Tiene un programa semanal en Radio Madrid. Compone y escribe él mismo sus canciones. Con los discos ha sacado la bolsa de un supermercado llena de cartas de admiradoras.
- Recibo cientos de cartas todas las semanas. Mi secretaria las contesta. Las chicas españolas son encantadoras. Casi todas me hablan de matrimonio. No sé si no acabaré casándome en España...
Kuldip sonríe siempre. Incluso cuando le pregunto por sus notas.
- He aprobado el tercer año completo. Algún día me dedicaré a la medicina, sin duda. Y volveré a mi país. Pero no puedo renunciar a cantar. Ahora quiero recorrer toda Hispanoamérica cantando.
Y se apasiona hablando de la vida y los problemas de su inmenso país. Bajo el personaje exótico lanzado por la publicidad alienta el remoto descendiente de Gurú Nanak, fundador de una religión y una dinastía”.
Cierto, como hemos podido constatar en la web de la Red Sikh Hispana, “el Gurú Nanak Dev (1469-1539) fue el fundador de la religión Sij, difundida a lo largo de los siglos siguientes por otros diez maestros o Gurús; el décimo Maestro, el Guru Gobind Singh, puso fin al ‘guruado’ personal y proclamó al ‘Gurú Granth Sahib’, Escritura Sagrada de los Sijs, como el eterno Guru para siempre. El Guru Granth Sahib es una nave que lleva seguramente a un devoto o una devota por el océano del materialismo, conduciendo así al alma humana a su destino final el cual es la beatitud absoluta”. Lo que no hemos podido encontrar es ninguna referencia a que Kuldip Singh -que es como firmaba sus propias composiciones, aunque también se hacía llamar Singhera- fuera el legítimo descendiente de esa tradición.
Sí que pudimos encontrar una web en la que había una escuetísima información sobre Kuldip, ‘The International Singing Sensation’, como reza el encabezado. Ahí se hace referencia a los sucesivos y numerosos éxitos del artista, al parecer establecido en Londres, en todo el mundo, aunque realmente no hemos conseguido ninguna otra información ante tal repercusión internacional fuera de lo que aquí se cuenta que, como ya decimos, es muy poco. Decidimos contactar con el correo electrónico que aparecía en la página y fuimos atendidos por un asistente del cantante que nos envió la entrevista que aquí reproducimos -que data de hace cuarenta años- pero ninguna otra información adicional, por lo que aunque le estamos realmente agradecidos podemos suponer que la confección de dossieres de prensa no es su fuerte...
El misterio sobre Kuldip, pues, continúa. Quizás sea mejor así. Nos tenemos que remitir a sus canciones; apenas dejó 14 temas en su paso por España, que grabó entre 1965 y 1967, aunque posteriormente, ya en 1969, volvería a editar un nuevo single, “I Could Cry”, ya bajo el nombre de Grant Morgan, del que tampoco existen muchas crónicas. Sus dos grandes éxitos fueron el “Ojos de España” de Al Martino que versioneó magistralmente en español, en un español recién adquirido por aquel 1966 pero en el que prácticamente no se nota ningún acento hindú... O la “Balada de las boinas verdes”, que compuso y grabó el sargento norteamericano Barry Sadler reivindicando el heroísmo de los soldados que pelearon en Vietnam... En el bando norteamericano, claro. Lo cierto es que la generación hippy no dejaba protestar contra aquella guerra -como hoy se hace contra la de Irak- y aquella canción fue un éxito entre quienes defendían los ‘viejos valores’. Kuldip hizo una muy buena versión; también defendió otros temas de cine, como “Goldfinger” o “Libre”, de la película “Born Free”.
Y hubo en sus discos algunos temas propios, como “Alí Baba”. Lo cierto es que tenía cierto talento como compositor de temas intrascendentes y divertidos, pero sus raíces en la cultura y la mística hindú no parecían afectarle; y es que la mentada anteriormente tenía un estribillo irresistible que decía algo así como “Me llamo Alí Babá y tengo un harén, pero tu eres mi favorita y a las otras las dejaré”, que a uno se le asemeja más al humor de La Codorniz o la tradicional revista cómica española que a la sabiduría oriental... Y desde luego las influencias sonoras son pop, sin atisbos de lo que los Beatles, por mediación de George Harrison, comenzarían a hacer poco después en colaboración con Ravi Shankar...
Lo cierto es que Kuldip era un gran cantante, con una voz muy personal, llegada quien sabe de donde, y una imagen impactante, que todos los que vivieron aquella época recuerdan, y que fue homenajeada por el ex cantante de Golpes Bajos, German Coppini, en la portada de su primer LP, “El ladrón de Bagdag”. Kuldip, su turbante, su extraña y un tanto estrambótica, pero fascinante historia, pertenecen a un pasado que todos recordamos con el cariño de lo incierto. ¿Sucedió realmente? Alguno puede pensar lo mismo de su vida cuando le vienen a la memoria tantos recuerdos, tantas aventuras... La única prueba de que fue así son las canciones.
Con esta película el director Martín Garrido Barón debuta en el campo del largometraje.
"H6" Diario de un asesino describe de manera estremecedora y a la vez hiperrealista, la mayor atrocidad que puede cometer un hombre: asesinar a sangre fría a un gran número de mujeres por el mero hecho de ser prostitutas, o lo que es lo mismo para él, almas perdidas. Estos terribles actos sirven como excusa para escribir un diario donde anotará cada uno de sus pensamientos y de paso dejará constancia de su noble labor.
La crudeza de las imágenes y la ambientación claustrofóbica son claves esenciales para que el espectador se adentre en la mente de un criminal.
La película, protagonizada por Fernando Acaso y en la que colabora Alejo Sauras ha cosechado buenas críticas a nivel nacional: en Abril de 2005 se proyectó en la sección Zonazine de la VII edición del festival de cine de Málaga y en Noviembre del mismo año estuvo en la sección oficial de largometrajes durante la XVI semana del cine Fantástico y de Terror de San Sebastián.
Trailer en Youtube: http://www.youtube.com/watch?v=ShreQb_2-us
Más info en http://www.diarioasesino.com
KULDIP ES EL PRINCIPE DE LA LUZ MARILUZ
Hace poco tiempo tuve la oportunidad de hablar sobre este asunto con alguien de allí que afirma que conversó con Kuldip esa tarde. Cierto o no; sigue el misterio: No pudo probarlo...
Chente de Colosia
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