lunes, 19 de diciembre de 2005

 

Nosotros y todas esas cosas

Tengo 40 años y tuve una caja llena de madelmanes, vi montones de veces a Pajares y Esteso en la tele y unas cuantas películas de Santo y Superargo. Supongo que fui un crío afortunado, y no puedo decir que no recuerde todas aquellas cosas y que no las tenga cierto cariño, pero fue una cosa coyuntural y hasta en cierta manera, ajena. Casi me despiertan más simpatía todas las películas aburridísimas que me vi en los Alphaville, los grupos siniestros o los libros amarillos de Anagrama. Esto ya si que eran paridas más o menos determinadas por lo que uno creía que eran sus gustos, que al final eran los del siglo, como siempre.

Pero al final es todo aquel montaplex bizarro de los setenta lo que muchos de mis coetáneos están utilizando para recomponer su vida, buscando en aquellas películas, tebeos o muñequitos articulados las piezas quie les faltan para ser lo que se supone que es una persona completa. Es algo que le suele pasar a muchas generaciones, lo curioso es que a la nuestra le ha pasado mucho antes. El equivalente a Mondo Brutto en los noventa son los libros nostálgicos de Vizcaino Casas en los últimos setenta, con otra generación que trataba de buscar las respuestas a algunas preguntas en todas aquellas cosas extrañas que habían visto, escuchado o probado en la posguerra. Lo curioso es que aquellos revivalistas emocionales tenían entre 45 y 60 años y la regresión pajera ha empezado a los 25-35; me temo que eso denota unas lagunas afectivas y sociales bastante profundas.

Supongo que estas cosas vienen bien cuando uno se empieza a plantear no ya la razón de su existencia sino la propia realidad. Lo de buscar los recuerdos más raros a uno le da una sensación de irrealidad que complace porque si uno piensa en todas esas cosas acaba por considerarse a si mismo como parte de una imaginación, ya que lo de la creación y posterior salvación no se lo cree ya ni Ratzinger. Supongo que cuando uno se imagina a si mismo rodeado de Big Jim, comics de superhéroes, erotismo blando, etc, etc acaba por convencerse de que no ha acabado de existir. Si el mecanismo funcionaba con 14 años, cuando era un pre-pajerito con gafas al que todo lo que le rodeaba se le antojaba una gigantesca colleja vital, ¿por qué no iba a funcionar ahora, que es un pajero adulto rodeado de oficinistas o personas de éxito con un móvil mejor?

Supongo que esa inmersión en la parte más estrambótica del pasado se solapa con la búsqueda de un presente igualmente imposible: el pajero se relaciona con quien pueda compartir su vida ficticia y no le recuerde quién es fuera de ella, le interesan temas escabrosos aunque no salga a la calle de noche por si le atracan unos gitanos (no puede ver sangre ajena ni imaginarse la propia) y se masturba con videos de bukkakextreme, bondage no consentido y mujeres hirsutas aunque en la vida real no se capaz de diferenciar una breva de un coño y jamás le haya levantado la mano a su madre o su novia pajera.

Al final el pajerismo ha superado a todas las nostalgias convirtiéndose en una especie de no-vida alternativa, en la primera religión que no busca la confianza en un dios imaginario sino que convence al creyente de que él mismo es un ser imaginario. No sé muy bien si surte efecto para aplacar el miedo a la muerte pero, por lo visto, funciona con el pavor a la vida.

Comments:
No sé si estarás de acuerdo o no (en realidad yo no he pensado mucho en ello), pero yo creo que todo este arqueologismo pajero también tiene que ver con un desencanto total por lo que se hace en el presente. Sobre todo, y sin que haya que darle más vueltas. Ya te digo que no lo he madurado mucho, y a lo mejor sí que es una manera de sentirse vivo, retrotrayéndose al pasado y todo eso que has dicho. A mí me parece que lo que se hace actualemente en música, cine y literatura es casi todo una mierda gigantesca, que el arte ha muerto y patatín y patatán, y por eso me parece más bonito descubrir la cultura de hace unos años. Y hablar (o escribir) sobre eso. Y con esto de la comunicación por Internet se magnifica todo demasiado y se hace denso y machacón, pero es por amor al arte, nunca mejor dicho.

Me gusta mucho este post.

Feliz Navidad.
 
A mi también me ha gustado mucho este post.

Como Fruno, también creo que hoy en día, mucha gente mira atrás, ya que el mercado y la tecnología se lo han comido todo, para encontrar algo que rascar.

Aparte, es tirar a toro pasado. Es un reflejo más de lo que dice Zanini, el miedo a vivir. Si tu pones tus huevos en la cesta de algo moderno y nuevo, te arriesgas a que queden rotos porque todo, en el fondo, no sea más que pose y coyuntura. En cambio las cosas del pasado ya vienen certificadas y mataselladas, con el sello del éxito, la lacra del fracaso o el halo de lo maldito. Si sales al ruedo de lo actual, te la juegas a quedar como un gili, o como un campeón, sin que dependa de tí sino de como le dé al público, si llueve o si se han dejado el pañuelo en casa.

Yo creo q los del MB no iban tanto a por la colección de madelmanes, sino a por los hechos anormales y subterraneos, a por lo bizarro. Lo que pasa es que hay un nicho de mercado de puta madre para lo spanish bizarro, el coleccionismo aséptico y todo eso de lo q hablas, y les jodía que otros se lo papearan, cuando ellos llevaban más tiempo al pie del cañon esperando a ver si les pasaban la mecha. La verdad es q no quiero criticar a MB, porque soy un admirador y porq como digo, yo creo q ellos van más allá de lo que comentas.

Los motivos de este furor treintaañero yo opino que son los que dices, y q yo siempre he supuesto. El miedo a la vida.

Encuentro fenomenal la fantasía, la evasión y esas cosas. Pero la contemplación y la posesión patológica de un ítem per se, me parece una aberración, y aún más, me parece un aburrimiento y una gilipollez.
 
A mí la verdad es que mondo brutto siempre me ha atraído más como revista de humor que como enciclopedia pajera. No quiero ni pensar en asistir dentro de 20 años al fin del mundo sin personalidad ni referentes propios.
Porque estoy de acuerdo con Xabi en lo fácil que es abrazar una cultura del pasado que viene envuelta en papel de regalo con una etiqueta que te asegura que es buena y que reduce el riesgo a elegir entre el más clásico, porque a eso parece que van a reducirse la libertad de elección y el miedo al fracaso.
El Pegamín más que un blog adolescente lo considero un blog de aventuras.
Me he quedado a medias pero es que me tengo que ir a comer algo que no me haga daño al estómago y luego a clase por el camino de siempre que es el más corto.
 
Acostumbrado a esos tochazos el post de Zanini se me ha quedado corto.
Fruno esto no es así:
"A mí me parece que lo que se hace actualmente en música, cine y literatura es casi todo una mierda gigantesca". Si te gusta + lo de hace 2 o 3 decenios me parece bien, pero eso que has puesto ahí no es digno de alguien como tú (que se empalma con Fantomas, el grupo)

Felicidades Darío, hoy es tu santo.
 
Bueno, Glen, por eso he dicho "casi todo"... No es que crea que ya no hay grandes ideas y genios (seguramente no he descubierto a los más grandes genios actuales), pero es que vivimos en una época tan absolutamente y violenta capitalista, que no despunta casi nada. No se hace nada bonito como antes, sólo cosas que se vendan y que den dinero. El politono es más importante que el arte. Es así. Por eso no me queda otra que buscar en el pasado. Pero respeto tu opinión, por supuesto. "El club de la lucha" también me parece una maravilla moderna. Y muchas otras cosas. Pero pocas, comparado con lo que se quedó atrás. ¡¡Falta el espíritu, el gusto, se ha esfumado, me cago en ros!!
 
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