jueves, 26 de enero de 2006
Mis películas deportivas favoritas (3 y fin)
Esta, como apuntaba Szalai, es bastante curiosa, porque es una cosa como de realismo mágico, un poco entre Cortazar y Salinger. De hecho, el personaje del escritor que ayuda a Kevin Costner tiene un tufo a JDS terrible. “Si lo construyes, el vendrá”, seguro que quien la haya visto se acuerda. Y Costner se carga un sembrado entero para hacer un campo de béisbol, nada menos que para los fantasmas de los ‘nueve malditos’ –hay otra película sobre ellos bastante molona, “Nine men out”-, jugadores de los años 30 expulsados de la liga por un supuesto amaño de partidos. Entre ellos estaba uno de los que se supone que ha sido uno de los grandes, ‘Shoeless’ Joe Jackson –que aquí es Ray Liotta- que vio cercenada su carrera en el mejor momento y acabó jugando en ligas semiprofesionales por amor al juego. Bonita.
4. Los Búfalos de Durham, de Ron Shelton (1988)
Aunque se ha quedado un poco anticuada en muchas cosas –su sentido del humor tan intelectualmente ochentero, sus referencias, como cuando él echa el discursito y para quedar bien dice que lee... a Patrick Suskind- y las ojeras ya prominentes de la sarandon me repelen, hay que reconocer que sigue teniendo su punto. Es la típica película guay de los 80, pero el personaje de Crash Davies, un profesional de las ligas menores con el encargo de hacer de Pygmalion de un novato tan talentoso como burro –el pesado de Tim Robbins- es uno de los grandes del género. La tensión heroica queda hoy un poco floja, pero la épica del jugados segundón mantiene todo su encanto; despachado de Durham, Costner sigue jugando para batir un record en el que en realidad nadie va a reparar, por simple orgullo, y luego vuelve a por la chica, digo la señora. Tiene chistes muy buenos. Por cierto, Shelton había jugado realmente en las ligas menores.
3. Evasión o victoria, de John Huston (1981)
La mejor película de soccer jamás hecha, incluso la que tiene mejores escenas decampo, algo increíble porque a no ser que Huston hubiera sido socio del Cosmos, no creo que hubiera visto muchos partidos antes de que se la encargaran, ya en su senectud. El equipo nazi es un farde con su uniforme negro y en el aliado están Ardiles, Denya, Van Himst, etc y lógicamente Pelé dando la puta brasa. Michael Caine hace de medio centro en plan Fernando Hierro en sus últimos días y Stallone no es un portero menos creíble que Casillas y su flor en el culo. Por cierto, momento inolvidable la treta para meter a Sly en el equipo; al portero titular le fracturan un brazo apoyándolo entre dos lamas de un somier y pisando... ¡crac! Antológica segunda parte, aunque me hace pensar en aquel partido en el que Milinko Pantic metió 4 y nos remontó el Barça, y que posiblemente fuera el punto de inflexión del gran gafe atlético de los últimos años, aunque Gil y Cerezo quedan mucho menos elegantes que Max Von Sydow. Por cierto, aún se venden las réplicas de las camisetas de los dos equipos, así como las figuritas para el subbuteo. Pdta. Si alguien sabe donde venden una “Fuga de Coldizt” que me avise.
2. Rocky. De John G. Avildsen (1976)
Esta película cambió el cine deportivo para siempre y de pasó mandó a la mierda el boxeo, porque coincidió con el fin de la era Ali y claro, era mucho más divertido ver los Rockys que las aburridísimas peleas de los sucesivos campeones de los pesados, incluidas la de Tyson cuando arrancaba orejas. El tonillo de cine de perdedores de los setenta, el rollo romántico con la hermana de Coppola, los pantalones de boxeador que acabamos por tener todos... En fin, inolvidable. La pelea es tremenda, con el derribo en el segundo asalto de Apollo Creed –sería el suyo el primer peinado afro estropeado por la sudorina que veríamos en el cine- y aquello de ‘yyyyy llega el duodécimo asalto, con Rocky Balboa en pie”. Vamos, que se llevó un Oscar y por un tiempo Stallone, aunque no os lo creais, era como uno de los genios de Hollywood; recordad si no “la cocina del infierno”, que aquí salió hasta en libro, o “Fist”, su versión apócrifa de la vida de Jimmy Hoffa. El segundo Rocky es más oscuro, reincide un poco en la figura del eterno derrotado / eterno luchador y mola, pero al pelea es mas floja, el tercero y cuarto es espectáculo puro y el quinto trata de volver a los orígenes. Se avista un sexto.
1. El mejor, de Barry Levinson (1984) / El castañazo, de George Roy Hill (1977) Levinson es un pesado del quince, pero esta le quedó cromada. Un poquito de thriller tipo Dalia negra, un poquito de Steinbeck, un regreso a los tiempos de Babe Ruth... Y Redford flirteando con una triada femenina de órdago; la araña negra Barbara Hershey, la vampiresa Kim Basinger y el hada buena Glenn Close, que sorprendentemente está encantadora levantándose en las gradas con un vestido blanco. La historia va de un chaval que va para campeón que por cosas de esas de la vida desaparece durante quince años y vuelve a aparecer, en edad de retirada, en un equipo en trance de desaparición... A partir de aquí os podéis imaginar, bates hechos con la madera de un árbol cuasimágico, devaneos de nuevo con el lado oscuro –la vampiresa, claro- y final de cuento de hadas, con hada. Pero todo sorprendentemente apto para hombre de pelo en pecho. Hombre, quizás tanta patina legendaria y tanto fuego de artificio la hagan un poco blanda, pero os digo yo que al final uno suelta la lágrima. "El castañazo" es en realidad la misma película, pero hecha con el espíritu post-hippy de finales de los setenta. Un veterano jugador de hockey -Paul Newman en su etapa de desmontando el mito- llega a un equipo de mierda, madurará de una puta vez y redescubrirá la pureza del juego... Aunque queda la imagen de que es una simple comedia ácida de la época -por los tres colgados gafudos que se convirtieron en icono jerk- tiene todo el puntazo melancólico-épico-loser que tanto me gusta.
Buen ranking, sobre todo porque no has puesto ninguna por quedar bien.
Saludos,
endless summer es un documental pero el gran miércoles tenía un reparto y una temática g(u)ays.
yo encuentro la paz mirando el rompeolas y dándole patadas a un balón por la orilla en esta época del año.
salvo las inglesas no hay europeas, porque las españolas son una castaña todas (solo hay que ver "el portero", que parecia que iba a ser como 'el mejor' y luego es una castaña, para que digan que el cine americano comercial es malo) y la de la "bicicleta de gislain lambert' la tengo por ver...
el surf no me mola, no es un deporte para desequilibrados (tremendo chiste)
Como espectador televisivo tienes que saber a lo que vas porque con tanto tiempo muerto los partidos se hacen muy largos. Ahí es donde entra la compañía (tengo un amigo que jugó a fútbol americano que es una gozada y un par de primos segundos que son árbitros de béisbol -sí, hay una liga española de béisbol -) y los comentaristas. Yo quedo con los colegas cada año a ver la Super Bowl. Más que porque nos apetezca realmente, ya que la edad comienza a pasar factura y presentarse en el curro con una o ninguna hora de sueño no es precisamente un planazo, por mantener la tradición y reservarnos una noche al año para nosotros.
Saludos,
come and take you by the hand
fly to never never land
falling
i hear you calling
me away
es que estaba escuchando eso y me he emocionado, ha sido por darle lirismo pegamin al mensaje
¡¿DÓNDE?!
P.D: Las jugadas de la peli las ideó Pelé (así figura en los créditos). Y supongo que el resto de jugadores que participaron aportaron su granito de arena también (a no ser que el ego de Pelé lo impidiese, que todo puede ser). Se me erizan los pelos cada vez que veo y oigo al público cantando La Marsellesa espontáneamente ante el atropello que sufre la selección aliada. ¡Eso es un himno, cojones!
¡VICTOIRE!
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