viernes, 3 de febrero de 2006

 

Iconos Pegamin: Charles Osborne


Según la Wikipedia, el hipo es una palabra onomatopéyica que refiere a "un sonido inspiratorio que resulta de la contracción brusca, intermitente e involuntaria del diafragma y músculos intercostales inspiratorios. Finaliza debido a un cierre brusco de la glotis.". Este brusco cierre diafragmático se debe normalmente a un susto o un sobresalto de cualquier tipo, o a ingestas exageradas o mal llevadas. Cuando a uno le entra un molesto ataque de estos, antes de llegar a la desesperación, lo único que puede hacer es alguna de estas cosas que he encontrado en internet:

  • Hacer el pino
  • No respirar
  • Respirar a través de una bolsa de papel
  • Beber por el lado opuesto del vaso
  • Sorber azúcar
  • Recibir un susto
  • Estirar el brazo y la mano derecha
  • Estornudar
  • Sorber pan rallado
  • Beber agua a sorbitos con una pajita, durante tanto tiempo como puedas aguantar la respiración
  • Tomar un baño de agua fría en la cabeza
  • Tocarse la campanilla con una cuchara
  • Tocarse las dos orejas con las manos mientras una persona de confianza te da de beber agua con azúcar
  • Hacer gárgaras
  • Deglutir de un trago un hielo, una cucharada de mantequilla o un vaso de zumo de limón
  • Rezar
  • Todo lo anterior a la vez


  • Pero nada de esto sirvió a Charles Osborne. Supongo que alguna vez habéis oído su historia, pero me parece tan fascinante que quiero que quede aquí recogida. Nacido en Anthon, Iowa, en 1894, era un hombre de campo común y corriente, que una buena mañana de 1922, mientras se disponía a sacrificar a un cerdo, agarró un ataque de hipo que le duró 69 años.

    Supongo que aparecer en el libro Guinness de los records o ser el más famoso de su pueblo no le consolaría ni rebajaría el calvario de hipar hasta cuarenta veces por minuto durante practicamente toda su vida. Las estrambóticas estadísticas que tanto les gustan a los americanos, estiman que hizo "hip" unas 430 millones de veces. Nunca encontró una cura. Ni sustitos, ni sorbitos, ni operaciones ni gaitas. Por suerte, pudo llevar una vida más o menos normal (se casó dos veces y tuvo ocho hijos), con la pega de que vivía con el riesgo constante de que su dentadura postiza le saltara por los aires en cualquier momento.

    Sus espasmos cesaron repentina y misteriosamente en febrero de 1990, después de que la cadencia se hubiese reducido en los últimos años, a ritmo de 20-25 hipos por minuto. Cruel paradoja, pocos meses después del final del suplicio falleció, a la edad de 97 años.

    He rescatado un video basado en esta historia.

    Comments:
    Aviso: el video que he enlazado al final trata supuestamente sobre el récordman del hipo, pero en el ordenador del trabajo no lo puedo ver. No sé si mola o no, o es una chorrada, o una vulgaridad, o poco significativo del homenajeado. Noi lo he visto, así de cutre soy. Espero poder verlo esta tarde.
     
    Jo, vaya personaje...
     
    Es familia de Bertín...o de Ozzy?
     
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