jueves, 2 de febrero de 2006
La última canción de Moonshine Kate
Dicen que Moonshine Kate fue la primera chica en grabar country. Se llamaba Rosa Lee Carson y comenzó a actuar junto a su padre cuando era una cría. El tipo, Fiddlin' Joe Carson, componía para ella canciones sobre huerfanitas solitarias y jovenes asesinaditas, y Rosa Lee hacía llorar a los vaqueros que las escuchaban.
Poco antes del crack del 29 Joe pensó que ya era hora de cambiar el repertorio y la rebautizó como Moonshine Kate. Moonshine creo que era una especie de guisqui de alambique y se supone que ambos establecían diálogos de besugos, de hillibillis borrachos y sin ninguna parte adonde ir.
Las cosas se pusieron difíciles después del 29 y se dedicaron a actuar en mitines políticos o donde hubiera algo de dinero. Su padre no tenía que hacer muchos esfuerzos para imitar a un borracho, el coche con el que recorrían el país cada vez se averiaba más y Rosa pensaba que se le acababa el tiempo.
Se casó con un buen hombre, y tuvo suerte porque ella ya había cumplido 35 años y aunque tenía chispa no era ninguna belleza. Rosa Lee enterró a Moonshine Kate en un baúl y se dedicó a sacar la casa adelante. Cuando acabó la guerra, se marcharon a Portland, pero al final decidieron volver a Atlanta. Los chicos negros empezaban a mezclar el blues con otros ritmos. Ya no parecían tan tristes como cuando ella era una chiquilla y les escuchaba cantar.
A mediados de los cincuenta un coche conducido por un tipo negro se estropeó en los alrededores de su granja. No era costumbre aún que una mujer blanca se interesara por los problemas de un tipo de color pero ella le invitó a tomar un café. El tipo se llamaba Sam Hopkins y ella no podía entender que a un hombre tan educado le apodaran 'Lightnin'. Él se ofreció a tocar algo para que lo comprendiera y ella lo entendió mejor. Le pidió su guitarra y ella toco para él aquella "Little Mary Phagan" que solía tocar de niña. El tipo negro tuvo que admitir que se conmovió. Ambos estuvieron un rato callados y luego le avisaron de que el coche ya estaba compuesto, dio las gracias y se marchó.
Pasó el tiempo y de vez en cuando Rosa Lee le quitaba el tapón a una botella de guisqui que tenía su marido en casa y se ponía a rasgar la guitarra. A veces tocaba algunas cosas que escuchaba en la radio. A veces sacaba del cajón algunas cartas escritas por alguien que simplemente ponía como rémite 'Hopkins' y una dirección que iba cambiando. Una vez llegó una de Londres.
En 1958 juntó algunos dólares que tenía ahorrados, se fue a Macon y en una de aquellas cabinas que se usaban para grabar discos caseros grabó un par de canciones. Ninguna de ellas era "Little Mary Phagan". Por alguna razón cantó "Are you lonesome tonight" -que recordaba por la versión de Al Jolson en los años veinte, no por la que luego hizo Elvis- y una vieja canción de Hank Williams sobre despedidas de la que ni siquiera recordaba el nombre. Luego se fue a correos y mandó el paquete a una dirección de Louisiana, con la tarifa más barata.
Volvió a casa y se encontró a su marido, le dijo que había ido a la peluquería y este ni se fijó. Ambos vivieron en esa misma casa hasta la década de los noventa, cuando murieron, con poco tiempo de diferencia. Poco años antes las autoridades de Georgia la hicieron un homenaje, reconociendo su labor como pionera del country, y la pidieron que cantara un par de canciones, pero ella se negó a cantar, no lo había hecho en más de cuarenta años.
Poco antes del crack del 29 Joe pensó que ya era hora de cambiar el repertorio y la rebautizó como Moonshine Kate. Moonshine creo que era una especie de guisqui de alambique y se supone que ambos establecían diálogos de besugos, de hillibillis borrachos y sin ninguna parte adonde ir.
Las cosas se pusieron difíciles después del 29 y se dedicaron a actuar en mitines políticos o donde hubiera algo de dinero. Su padre no tenía que hacer muchos esfuerzos para imitar a un borracho, el coche con el que recorrían el país cada vez se averiaba más y Rosa pensaba que se le acababa el tiempo.
Se casó con un buen hombre, y tuvo suerte porque ella ya había cumplido 35 años y aunque tenía chispa no era ninguna belleza. Rosa Lee enterró a Moonshine Kate en un baúl y se dedicó a sacar la casa adelante. Cuando acabó la guerra, se marcharon a Portland, pero al final decidieron volver a Atlanta. Los chicos negros empezaban a mezclar el blues con otros ritmos. Ya no parecían tan tristes como cuando ella era una chiquilla y les escuchaba cantar.
A mediados de los cincuenta un coche conducido por un tipo negro se estropeó en los alrededores de su granja. No era costumbre aún que una mujer blanca se interesara por los problemas de un tipo de color pero ella le invitó a tomar un café. El tipo se llamaba Sam Hopkins y ella no podía entender que a un hombre tan educado le apodaran 'Lightnin'. Él se ofreció a tocar algo para que lo comprendiera y ella lo entendió mejor. Le pidió su guitarra y ella toco para él aquella "Little Mary Phagan" que solía tocar de niña. El tipo negro tuvo que admitir que se conmovió. Ambos estuvieron un rato callados y luego le avisaron de que el coche ya estaba compuesto, dio las gracias y se marchó.
Pasó el tiempo y de vez en cuando Rosa Lee le quitaba el tapón a una botella de guisqui que tenía su marido en casa y se ponía a rasgar la guitarra. A veces tocaba algunas cosas que escuchaba en la radio. A veces sacaba del cajón algunas cartas escritas por alguien que simplemente ponía como rémite 'Hopkins' y una dirección que iba cambiando. Una vez llegó una de Londres.
En 1958 juntó algunos dólares que tenía ahorrados, se fue a Macon y en una de aquellas cabinas que se usaban para grabar discos caseros grabó un par de canciones. Ninguna de ellas era "Little Mary Phagan". Por alguna razón cantó "Are you lonesome tonight" -que recordaba por la versión de Al Jolson en los años veinte, no por la que luego hizo Elvis- y una vieja canción de Hank Williams sobre despedidas de la que ni siquiera recordaba el nombre. Luego se fue a correos y mandó el paquete a una dirección de Louisiana, con la tarifa más barata.
Volvió a casa y se encontró a su marido, le dijo que había ido a la peluquería y este ni se fijó. Ambos vivieron en esa misma casa hasta la década de los noventa, cuando murieron, con poco tiempo de diferencia. Poco años antes las autoridades de Georgia la hicieron un homenaje, reconociendo su labor como pionera del country, y la pidieron que cantara un par de canciones, pero ella se negó a cantar, no lo había hecho en más de cuarenta años.