miércoles, 23 de agosto de 2006
Que me quiten lo bailao.
¿Que cojones pasa con bailar ultimamente?. Si: bailar. No hablo de mover la cabeza y las rodillas o de hacer el pasito p´alante.
Hablo del clásico bailar bailar de toda la vida, ese movimiento reservado antaño para personas de cierta sensibilidad festiva, niños, enfermos del sistema nervioso y la terapia motriz para subnormales y viejos de la tercera edad
.
Porque antes bailaba el ballet, cuando por ejemplo el programa que estabas viendo necesitaba enfocar a otro lado para cambiar los decorados, te ponían al ballet para rellenar. O al principio del programa, te lo ponían un rato para que te diera tiempo a derrumbarte a placer en el sofá y rindieras tu voluntad a la basura que finalmente te habias resignado a ver, a falta de nada mejor en la vida.
Y te veías en espandex de colorines a la colección de fulanas que se estaba follando el señor director de la cadena en ese momento, y a los dos bujarrazas que ponían para dar un aire de tensión heterosexual al conjunto. Todos los bailes de ballet constan de los mismos movimientos, ya fuera el harem pagado con el dinero público, o el botín de zorras exóticas que había capturado Lazarov en su último safari: el truco es cambiar a la que tiene las tetas más gordas de sitio en cada nuevo baile para que, al fijar el público la mirada en otro lugar, todo parezca completamente diferente.
Y ya valía con el baile de los cojones.
Pero ahora bailar, una concatenación de movimientos inexplicable y ridícula por muy ensayado que se tenga, es el tope de gama.O bailas o no eres de putísima madre. Desde el saltarín e inconsciente baile makina (la danza de Pavlov) hasta la compleja coreografía, a dúo con una pareja latina, plagada de gerivueltas, volatines y restregones. Porque esto no es bailar por bailar: el baile sustituye al discurso racional de toda la vida. ¿Que te has comprado unas trazas de pantalón vaquero a 200€ y, encima, te sientan fenomenal?. Pues no vas y lo cuentas. Bailas, encadenas cuatro pasos, saltas, giras, haces un molinillo y sueltas una patada al aire. Por ejemplo, soltar una patada al aire mientras bailas es como decir: "He aceptado el sistema capitalista y la distribución desigual de la riqueza, porque en mi mundo ilusorio basado en mi auto-inflingida ignorancia creo que soy un privilegiado porque como mierda 50 horas a la semana humillando mi dignidad en un cubículo inadecuado para mí (y también para toda aquella bestia que se arrastre sobre su propio vientre) en una empresa de telemarketing, y aún me sobra el dinero para pasar el fin de semana alto en cocaina y acabar en el puticlub follándome a una inmigrante con las marcas de latigazos aún sangrantes, despreciando los últimos apuntes de amor propio y de humanidad que podría vislumbrar en mi no-vida", es como decir eso, pero sin decirlo. Porque además, ya no podemos ni sabemos manejarnos lo suficiente en la espinosa habilidad de formar estructuras linguísticas coherentes. ¿Entiendes?. Es mejor que decirlo, es meta-comunicarlo. Una patada en el aire, ¡ale-hop!. Y es meta-comunicarse cosas de muy buen rollo. ¡Como en los anuncios!. Si esa puta gorda se ha teñido el pelo de rojo y su hermana de amarillo y ambas bailan como si las estuvieran cocinando en la olla de la tribu canibal, ¡yo también puedo bailar con la misma alegría! (y quizas deba teñirme el pelo, que se me ven las raices...). Y si puede bailar ese joven orientado al target de los jovenes de treinta años que molan, va ser que si, con su barba de tres días, sus entradas, su cara de culo picado y su media sonrisa, como diciendo "hay una puta agudeza comparable a la de Santi Millán detrás de esta mueca, nena, tras ella hay putos kilates de humor y buenos ratos con amigos y cervecita fría", cualquiera puede bailar.
Yo ya sabía que había un japones de mierda que dijo que ya estábamos en el Fin de la Historia, pero hasta que no he visto a todo el mundo bailar no me lo he creido.
Como en toda dictadura, las cosas no se cuestionan. Bailar es pasárselo de puta madre. Ver bailar es un entretenimiento de la hostia. Joder, hasta hay un programa que vá SOLO DE BAILAR en la puta Televisión Española (¡!). ¿Que tarado mental quiere ver un programa cuyo platillo fuerte es: GENTE QUE BAILA?. Y no se trata de profesionales del baile, ni de profesionales del sexo y del modelaje. Ni siquiera se trata de personas normales. Son eso que en España se ha consensuado en llamar "artistas" o "famosos", al parecer elgidos entre la subclase de venidos a menos o con problemas actuales de algún tipo, ya sean las adicciones mal llevadas, una evidente menorragia de caracter acumulativo o los sempiternos problemas económicos de la clase artística española.
¿Y qué se supone que hay q mirar ahí?. ¿Como ejecutan una insulsa coreografía?. ¡Venga Romay, muchacho, tu puedes, solo un poco más allegro!.¿O quizas es como los toros, lo bonito es si pasa alguna desgracia o algún desequilibrio (aparte del de serie)?, ¿están expresando alguna mierda profunda del ser humano?. No lo sé. Es la puta verdad. No lo sé. Pero me pareció que todo el mundo se estaba elevando a los placeres que experimentan los solitarios pervertidos del "Club de Bailes de Salón de Menudillos del Gorrino".
Igual es que yo lo ví justo un día malo, que salía la jovial aizkolari andaluza de OT que nos tiene que merecer tanta lástima, y la desgraciada y jóven ex mujer de un ministrón del anterior gobierno, semejando estar en el vértice de la recuperación de su traumático divorcio, que la ha dejado impedida para dar un palo al agua el resto de su vida, y en pleno subidón de independencia y fuerza interior femenina, como esas chicas que hacen motociclismo o salto base en los anuncios de tablas de planchar.
Luego, aparte claro, de que los de OT también bailan de por sí, incluso algunos lo combinan con el cante, y haciendolo todo a la vez. Incluso hay otros que lo combinan con la capacidad cognitiva. Y aquí es donde aparece el fenómeno televisivo de masas de nuevo, con ribetes gilipollescos, cuyo éxito no se lo hubiera imaginado ni el consultant manager de antena 3 que siempre propone versionear los programas estrella de las demás cadenas.
Yo al principio oí hablar de eso a la gente con admiración, pensando que sería alguno de esos bailes rituales brasileños de complejísimas maniobras que se practica en un círculo de fuego sagrado, para tonificar el cuerpo y afinar la movilidad antes de la batalla, pero resulta que un día me encuentro a la mañana, untada en aceite, a la misma tiparraca que sale en los videos para adelgazar y para que los fracasados certifiquen que han tocado fondo absoluto: "¡Waw, estoy viendo el puto video de gimnasia de Cindy Crawford, ahora ya más nada puede ir peor!"., solo que con las piernas de Ferrer, el moreno Vandellos y una indumentaria... ¿bucanero-atlética?, rodeada de mongólicos haciendo las mismas patochadas que ya hacía Jane Fonda cuando los videos iban a manivela. Pero lo bueno es que me dicen que esa pava ha conseguido vender miles de DVDs, y no haciendo lo que yo me imagino que esa sempi-riente hembra vigoréxica tiene que hacer para vender miles de DVDs. (Ser asesinada a pisotones por su grupeto de side-show dancers...¡malpensados de los cojones!)
Y yo que me quejaba de la Lambada (sobre todo porque siempre me acababa restregando la entrpierna algún amigo gracioso. Ventajas de vivir en el Pais Vasco: vea ante sus ojos volverse homosexual cualquier actividad que implicitamente requiera espontaneo intercambio entre diferentes sexos) y de una novia que tuve que me hizo ver Dirty Dancing dos veces seguidas.
Comments:
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Yo con el baile tengo una fustración, sí me gustaría ser un danzarín de la hostia. Me imagino de hecho como uno de aquellos paqueteros con mallas en "TopSecret", pero, el caso es que siempre tengo el cuerpo molido y dispuesto para el sofa. Una pena.
PD:"Solo creería en un Dios que supiera bailar" con esa frase Nietzsche lo dijo todo.
PD:"Solo creería en un Dios que supiera bailar" con esa frase Nietzsche lo dijo todo.
O se que tú, de cani, veías los ballets de la tele, Xabi? era un niño....sensible, no? joder, si va a resultar que eres el Billy Elliot de Llodio
esto es maravilloso, xabi, todavía no lo había leído. de todas maneras yo soy de los que no soporta ver a la gente peinándose y ajustándose las gafas en los conciertos. seguramente voy a los sitios equivocados a escuchar puta mierda a precios abusivos.
Primera crítica tuya que leo, no está nada mal la verdad no me esperaba algo interesante sobre el baile pero al final me ha enganchado, me pasaré a leerme más artículos de los tuyod. Tengo que decir que hay cosas que se me escapan pero la mayoría tiene su punto fuerte. Mi enhorabuena sigue así. Por cierto un saludo desde el País Vasco
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