miércoles, 9 de mayo de 2007
Superhéroes Pegamín (II): LA VISION
En EL CORAZON DEL BOSQUE hablé del personaje marveliano que más impacto me causó, la fugaz supervillana Madame Hydra, que daba pie a un par de episodios del CAPITAN AMERICA donde había de todo (roneo pederasta con Rick Jones, una golpisa breve pero contundente con Hulk, muerte tirando a presunta -e inicio de las derivas esquizodickianas de Steve Rogers, futuro NOMADA-, funeral, repaso a la vida del superhéroe americano por antonomasia y duelo final en cementerio, a lo que añadir la fascinante historia de la maligna, resumida en tres o cuatro viñetas). Ya fuera de mi alcance quedó su posterior resurrección como VIPER, con el pelito más corto y mono verde.
Pero esta saga va de superhéroes y me atendré a ello (aunque, insisto, mis favoritos eran los supervillanos: aparte de la susodicha, el mutante Magneto -tan prometeico y luciferino él, un poco como Malakay-, el Hombre-Cosa -primordialmente legamoso como un piño de cantautora murciana, y al que conocí en uno de los primeros volúmenes de HULK, con quien se enfrentaba allá por las húmedas espesuras del Bayou-, o también un bizarro contendiente de NAMOR, el mutante Tiburón Tigre -que raptaba a una novia del príncipe submarino y no quedaban claros sus sentimientos hacia ella, si deseaba follársela o comérsela o todo a la vez, un poco como la química establecida muchos años después entre Lecter y Starling-). Pues (si descartamos a Yocasta, que es descubrimiento tardío) mis superhéroes favoritos de la saga marvelesca, y fieles reflejos de mis sentimientos ante el mundo que me rodeaba, eran un marciano (el CAPITAN MARVEL) y un sintozoide (LA VISION). Me quedaré con éste.
Como buen preadolescente con tendencias autistas, me sentí plenamente identificado con el ser de ardiente corazón cuyo organismo ciborgánico le obligaba a expresar de manera gélida sus sentimientos. Me conmovían sus avances sentimentales con la Bruja Escarlata, la interrelación con el resto de LOS VENGADORES (tan distintos, entre sí, desde el cantamañanas de Ojo de Halcón al bipolar Henry Pym -un día hormiga, otro gigante, más tarde abejorro, para acabar tronao perdido y legando sus poderes y carismas a otros sujetos más mediocres que él y que acabarían usando su mismo apodo: la pesadilla de un esquizo hecha realidad-, sin olvidar a los superclase Steve Rogers o Tony Stark, a dioses como Thor -¿anticipo en su alter ego terreno de House?: ya saben, doctor y con garrota...- o a impresentables como El Espadachín o el negrata reyezuelo de Wakanda) o sus extraños padecimientos (que obligaban a su oblicuo co/creador, mr Pym, a reducirse aún más de tamaño para hurgar en los entresijos y mondongos de fibra de vidrio y de carbono).
Recuerdo que, en completa sincronicidad, cuando LA VISION soltó su primera lágrima descongelante, yo también lloré. Por desgracia, no pude seguir toda su epopeya (me he puesto al día hace unos pocos meses por WIKIPEDIA).
Me he enterado después que tuvo su serie propia, lo mismo que el legamoso humanipiño de Mari Trini (lo que convierte a éste, de bestia inmunda y maloliente, en superhéroe -según el código implícito de los cómics, si tienes serie propia, pasas de supervillano a superhéroe aunque sea en plan trágico, prometeico o luciferino: ya saben, aquello de "se pasa un poco pero sus motivos tendrá”-).
Sólo acabar señalando que mi particular fijación con TERMINATOR 2, aparte de por el travieso flequillo de Edward Furlong, se debe a los ecos que el personaje de Schwarzenegger me trae, en parte, de LA VISION. La creciente educación en la empatía que el mazacote androide va asimilando en compañía del efebo hasta llegar a su muerte como ser cibercrístico en los altos hornos (lugar profundamente simbólico para que un TERMINATOR termine sus días), me recuerda aquellos tiempos turulatamente felices en que yo iba por la calle convencido de que en cualquier esquina debería enfrentarme a un villano en combate épico.
Al final, la realidad y la ficción se entrelazan y nunca te abandonan (como se ha visto no hace mucho por estos lares, en la trepidante y tensionante zurdomaquia pegaminesca).
-sin prisa- a la "sabidudida" zen del Dr Manhattan, y por momentos soñando con la megalomanía nietzscheana de Ozimondias....joder, Watchmen lo tiene todo.
Superman 95%
Supergirl 85%
Spider-Man 80%
Batman 80%
Hulk 70%
Robin 67%
Green Lantern 65%
Catwoman 65%
Wonder Woman 50%
The Flash 30%
Iron Man 30%
Viva la imaginación, y su hijo bastardo, el onanismo.
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