domingo, 17 de junio de 2007
P es para Plagio.
"-¿Y cuando el plagio deja de ser plagio?
-Cuando están muertos.
-Entonces mátalos y roba sus ideas.
-No, Daniel San, deja de haber plagio cuando se mueran los plagiadores."
Ya que Absence está que trina con el tema plagio, me he dicho, vamos a cogerle y a birlarle un
post. Supongo que no le molestará, después de las amargas y profundas conclusiones a las que se ha visto obligado a llegar: todos copiamos. Eso sí, también hay un plagio bueno y otro malo. Saber de donde plagiar es algo casi tan valioso como generar tu propia basurita. Aún así, es un trance difícil de asumir para el inflado y fatuo ego de un bloggero, aunque se trate del brillante Absence. Yo, por supuesto, nunca copio. Todo sale de mi infinito magín de ocurrencias divertidas y asombrosas.
Cierto domingo, un mes después de ponerlo en el Pegamín, me encontré con un post fusilado, el de la ingeniería bilbaina, con serias intertextualizaciones y potente aroma de mis (por otra parte aberrantes) dejes gramaticales, en plena sección de Cultura del Correo Español, El Pueblo Vasco.
Por supuesto, me hice el dolido, en mi mundinterior. Me rasgué las vestiduras y declamé la injuria a los cuatro vientos, pero porque me encantó ser plagiado. Me encantó que una mediomente del periodismo se interesara por algo que yo había escrito y lo considerase suficientemente válido como para que el exigentísimo lector dominical salpicase de vermú un par de páginas. No es que fuese la culminación de mi vida, pero me hizo como ilusión. Además, me dije, le has dado a esta pobre muchacha, mendiga de ideas, algo para que se pague sus habichuelas. Dios me lo pague, y la puta Virgen me la fie.
Nunca he creido demasiado en la propiedad intelectual. Me resulta bastante difícil, a pesar del refuerzo diario, creer del todo en la propiedad material. Creo que las ideas y los chistes, y las canciones, y el amor y la sonrisa de los niños no son de nadie. O sea, el plagio como idea no me acaba de cuadrar del todo.
Por supuesto, me gusta que si hago algo sea reconocido, pero de la misma manera que yo reconozco algo cuando me gusta: Con un desfile público, donde la gente pueda rendir admiración a mi persona subida y saludosa a bordo de un Cadillac descapotable, con inmoderado sacrificio de doncellas vírgenes a mi paso, perdón a condenados a muerte, confeti y aplausos por doquier y abundantes viandas para los más desafortunados de la sociedad.
Cuando descubro una personalidad interesante, automáticamente despierta mi admiración. Enseño a todos su nombre, y por pura devoción, jamás se me ocurriría apropiarme de su obra.
Si lo hiciera con alguien es porque me parecería un memo que maneja ideas a las que yo sacaría más partido. Pero como, normalmente, los imbéciles no suelen manejar este tipo de ideas, y yo soy incapaz de sacarle partido incluso a la fórmula para transformar pedos en oro, esto no es problema. Si yo encontrase una fontana infinita de sabiduría y proverbios en forma de una inteligencia desconocida para el mundo, no correría a publicar sus cosas con mi nombre. ¿Qué sentido tendría?. ¿Qué persona puede sentirse realizada por aprovecharse de las ideas de otro?. ¿Qué sentiría cuando viese mi nombre al lado de loas y alabanzas por el fruto de su esfuerzo?. ¿No daría un poco por el culito?.
Creo que lo se debe de hacer es conocer lo más posible, o todo lo que necesites conocer, y llevarte el mérito si consigues añadir algo más. Si robas diez mil piedras y construyes un edificio de diez mil piedras, es plagio. Si robas diez millones, es más difícil de distinguir, pero sigue siendo plagio. Cuando añades una más, ya es tu casa. Y si la pones justo en el sitio que hacía falta, a lo mejor hasta cuela y ponen tu nombre a toda la calle.
Además, la ilusión de que uno es autor de algo es muy dificil de sostener. Incluso las más grandes ideas de la Humanidad (si hablábamos de blogs, aquí me estoy pegando un salto cualitativo de la hostia) acaban siempre reinterpretadas, asimiladas o modificadas. Uno podría hacer enciclopedias del plagio por el método inductivo, solamente cogiendo un clásico de los serios, y pensando las miriadas de explotaciones y versiones y fusilaciones directas que se han hecho. Si nos ponemos así, en plan hardcore con lo del plagio, todo Hollywood, desde las mayores luminarias y outsiders, hasta los más inmundos fautores de morralla palomitera, debería echar la chapa y marcharse a hacer anuncios de detergentes, solo con la deuda a Shakespeare. Y encima, con las gravosas agravantosidades, Bubu, de endulzamiento, amorcillamiento y malentendimiento.
Creo que otra de las claves está en una palabra que he citado: El esfuerzo. Cualquier mermado que se pone a escribir en un blog, no puede esperar sacrificarse por la Gloria y por el acceso al Olimpo de los Dioses del Tema Cerebro. Si lo haces es porque te pica, o porque te sale solo, o porque amas el arte, o porque eres un ser
hipermalvado que quiere torturar a la raza humana con sus desvelos y trasnoches sobre cuanto te gusta lo gótico y lo mal que llevas el no echar un buen caliqueño.
No porque vas a estar todo jodido ahí metiendo horas, "estudiando", como decía el supermemo del Vigalondo, "la duración de las películas de los años cuarenta y cincuenta", o porque te vas a pasar sufriendo una tarde de domingo repasando el imbd en busca de aquella oculta película de ninjas afroamericanos, con la secreta esperanza que eso te catapulte al Top Ten de los blogs bizarros.
Sé que ese no es el caso de Absence, porque más menos que más, conozco al hombre detrás de la máscara, y de antes de que tuviese su merecidamente afamado bló. Pero es el (trágico) caso de otros muchos. Y no solo mereceis el plagio, mereceis la muerte, patanes. Con el delito añadido, que ya tiene cojones, que la temática de todos ellos suele ser lo pop. Mira, que ni aunque haya caido todo un siglo XX por encima nuestro...
Y eso.
Plagiadme la polla, anormales.
-Cuando están muertos.
-Entonces mátalos y roba sus ideas.
-No, Daniel San, deja de haber plagio cuando se mueran los plagiadores."
Ya que Absence está que trina con el tema plagio, me he dicho, vamos a cogerle y a birlarle un
post. Supongo que no le molestará, después de las amargas y profundas conclusiones a las que se ha visto obligado a llegar: todos copiamos. Eso sí, también hay un plagio bueno y otro malo. Saber de donde plagiar es algo casi tan valioso como generar tu propia basurita. Aún así, es un trance difícil de asumir para el inflado y fatuo ego de un bloggero, aunque se trate del brillante Absence. Yo, por supuesto, nunca copio. Todo sale de mi infinito magín de ocurrencias divertidas y asombrosas.
Cierto domingo, un mes después de ponerlo en el Pegamín, me encontré con un post fusilado, el de la ingeniería bilbaina, con serias intertextualizaciones y potente aroma de mis (por otra parte aberrantes) dejes gramaticales, en plena sección de Cultura del Correo Español, El Pueblo Vasco.
Por supuesto, me hice el dolido, en mi mundinterior. Me rasgué las vestiduras y declamé la injuria a los cuatro vientos, pero porque me encantó ser plagiado. Me encantó que una mediomente del periodismo se interesara por algo que yo había escrito y lo considerase suficientemente válido como para que el exigentísimo lector dominical salpicase de vermú un par de páginas. No es que fuese la culminación de mi vida, pero me hizo como ilusión. Además, me dije, le has dado a esta pobre muchacha, mendiga de ideas, algo para que se pague sus habichuelas. Dios me lo pague, y la puta Virgen me la fie.
Nunca he creido demasiado en la propiedad intelectual. Me resulta bastante difícil, a pesar del refuerzo diario, creer del todo en la propiedad material. Creo que las ideas y los chistes, y las canciones, y el amor y la sonrisa de los niños no son de nadie. O sea, el plagio como idea no me acaba de cuadrar del todo.
Por supuesto, me gusta que si hago algo sea reconocido, pero de la misma manera que yo reconozco algo cuando me gusta: Con un desfile público, donde la gente pueda rendir admiración a mi persona subida y saludosa a bordo de un Cadillac descapotable, con inmoderado sacrificio de doncellas vírgenes a mi paso, perdón a condenados a muerte, confeti y aplausos por doquier y abundantes viandas para los más desafortunados de la sociedad.
Cuando descubro una personalidad interesante, automáticamente despierta mi admiración. Enseño a todos su nombre, y por pura devoción, jamás se me ocurriría apropiarme de su obra.
Si lo hiciera con alguien es porque me parecería un memo que maneja ideas a las que yo sacaría más partido. Pero como, normalmente, los imbéciles no suelen manejar este tipo de ideas, y yo soy incapaz de sacarle partido incluso a la fórmula para transformar pedos en oro, esto no es problema. Si yo encontrase una fontana infinita de sabiduría y proverbios en forma de una inteligencia desconocida para el mundo, no correría a publicar sus cosas con mi nombre. ¿Qué sentido tendría?. ¿Qué persona puede sentirse realizada por aprovecharse de las ideas de otro?. ¿Qué sentiría cuando viese mi nombre al lado de loas y alabanzas por el fruto de su esfuerzo?. ¿No daría un poco por el culito?.
Creo que lo se debe de hacer es conocer lo más posible, o todo lo que necesites conocer, y llevarte el mérito si consigues añadir algo más. Si robas diez mil piedras y construyes un edificio de diez mil piedras, es plagio. Si robas diez millones, es más difícil de distinguir, pero sigue siendo plagio. Cuando añades una más, ya es tu casa. Y si la pones justo en el sitio que hacía falta, a lo mejor hasta cuela y ponen tu nombre a toda la calle.
Además, la ilusión de que uno es autor de algo es muy dificil de sostener. Incluso las más grandes ideas de la Humanidad (si hablábamos de blogs, aquí me estoy pegando un salto cualitativo de la hostia) acaban siempre reinterpretadas, asimiladas o modificadas. Uno podría hacer enciclopedias del plagio por el método inductivo, solamente cogiendo un clásico de los serios, y pensando las miriadas de explotaciones y versiones y fusilaciones directas que se han hecho. Si nos ponemos así, en plan hardcore con lo del plagio, todo Hollywood, desde las mayores luminarias y outsiders, hasta los más inmundos fautores de morralla palomitera, debería echar la chapa y marcharse a hacer anuncios de detergentes, solo con la deuda a Shakespeare. Y encima, con las gravosas agravantosidades, Bubu, de endulzamiento, amorcillamiento y malentendimiento.
Creo que otra de las claves está en una palabra que he citado: El esfuerzo. Cualquier mermado que se pone a escribir en un blog, no puede esperar sacrificarse por la Gloria y por el acceso al Olimpo de los Dioses del Tema Cerebro. Si lo haces es porque te pica, o porque te sale solo, o porque amas el arte, o porque eres un ser
hipermalvado que quiere torturar a la raza humana con sus desvelos y trasnoches sobre cuanto te gusta lo gótico y lo mal que llevas el no echar un buen caliqueño.
No porque vas a estar todo jodido ahí metiendo horas, "estudiando", como decía el supermemo del Vigalondo, "la duración de las películas de los años cuarenta y cincuenta", o porque te vas a pasar sufriendo una tarde de domingo repasando el imbd en busca de aquella oculta película de ninjas afroamericanos, con la secreta esperanza que eso te catapulte al Top Ten de los blogs bizarros.
Sé que ese no es el caso de Absence, porque más menos que más, conozco al hombre detrás de la máscara, y de antes de que tuviese su merecidamente afamado bló. Pero es el (trágico) caso de otros muchos. Y no solo mereceis el plagio, mereceis la muerte, patanes. Con el delito añadido, que ya tiene cojones, que la temática de todos ellos suele ser lo pop. Mira, que ni aunque haya caido todo un siglo XX por encima nuestro...
Y eso.
Plagiadme la polla, anormales.
Etiquetas: copycat?, What's new
Comments:
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Pero Absence reconoció que todos copiamos hace mucho, pero mucho tiempo...recuerdo un post suyo sobre el tema...no sé...igual de hace un año y medio o algo así...
Dios soy yo y el otro (puto plagiario) me ha quitado las palabras de la boca.
A Xabi lo fulminaré por blasflemo y díscolo y zangolotino, y al plagiario lo clonaré hasta el infinito para que aprenda.
¿Prueba de que soy Dios y no un pajero como vosotros, escoria?: que yo no gasto página web ni blog ni mariconadas de esas. Yo estoy muy por encima de semejantes chuminadas.
CAGOENMI!!!!!! (expresión de cólera divina sólo empleada por Dios y, con Su venia, por el ectoplasma de Jardiel Poncela; cualquier uso indebido y transgresión del copyright será sancionado con fuego, llanto y crujir de cataplines)
A Xabi lo fulminaré por blasflemo y díscolo y zangolotino, y al plagiario lo clonaré hasta el infinito para que aprenda.
¿Prueba de que soy Dios y no un pajero como vosotros, escoria?: que yo no gasto página web ni blog ni mariconadas de esas. Yo estoy muy por encima de semejantes chuminadas.
CAGOENMI!!!!!! (expresión de cólera divina sólo empleada por Dios y, con Su venia, por el ectoplasma de Jardiel Poncela; cualquier uso indebido y transgresión del copyright será sancionado con fuego, llanto y crujir de cataplines)
¡¡¡Dios!!!! ¡¡Mecagohastaentuputamadre, o sea, yo!!. Pasa a comer de una vez y deja de amenazar a esas criaturas insignificantes, que las cocretas ya están frías.
El Dios auténtico! hacía tiempo, hacía....Ese sí debería ser un ejemplo para toda la burrosfera, creando el Universo de la nada, él solito sin copiar de ningún otro...
En realidad, Dios es una franquicia (en serio, no es un chiste ferrolano) en la que participamos: yo (plagiario del auténtico Philip J. Fry), Zapp Brannigan (plagiario de Charlton Heston pero con las lorzas de Steve Forrest adquiridas en las liporebajas), dios el auténtico y su marimandona madre (plagiarios compulsivos los dos desde que se armó el belén), Stewie Griffin (empeñado en matar a Dios, o sea, al desconocido organizador de la franquicia, para ponerse él en su lugar o cuna o pesebre), El Zurdo (plagiario de Stewie y a sueldo de la multinacional BELIEFNET; por eso os da tanta barrila con los creenciómetros, porque saca comisión) y Malakay (plagiario de Xabi y que gusta de hacerse la demonia para disimular la cosa beatorra que en el fondo le puede).
Me da que el capo de la franquicia será Chris Griffin (o uno de sus zurullos, plagiario a su vez de Kaiser Soeze, como no podía ser menos).
Todos los caminos, era obvio, acaban en KS.
Me da que el capo de la franquicia será Chris Griffin (o uno de sus zurullos, plagiario a su vez de Kaiser Soeze, como no podía ser menos).
Todos los caminos, era obvio, acaban en KS.
Ha muerto un tío feo que chupaba un limón, no El Fary.
PD: desde hoy voy a llamaros a todos Star Warrio.
PD: desde hoy voy a llamaros a todos Star Warrio.
Yo estoy fascinado con los Kuma y la Polystation..A esta me la imagino con una jugosa ristra de Ataris y demás juegos desconocidos entre tribus de Tuaregs y Yanonamis del Amazonas...quizás una versión en B/N del Comecocos, otra del "matar asteroides" (a los que esta vez destruyes por completo al primer disparo...)...Pero kuma, KUMA! suena mucho más contundente que Puma, y además, el oso le da por culero a la anoréxica pantera...Uno de esos ejemplos (como el caso Griffin vs Simpson) en que la copia supera al original...Les dejo que voy a ponerme con los bocetos de las primeras NAIK...no, estas creo que ya existen...pues de las MIKE, subtituladas con el lema "Just do it, gilipollas".
Yo es que me expliqué muy mal y no encontré el punto de humor. Yo ya reconocí que todo el Blog Ausente es un plagio en un post que se llamaba Yo Copio. En realidad lo que me jodió es que me copiaran (que no es lo mismo que plagiar) mal. Era un reverso tenebroso que republicaba las imágenes que busco o escaneo. Fíjense: busco o escaneo, es decir, no pueden plagiar lo que no es mío. A mí me copiaban, como en el cole, una cosa muy infantil. En realidad me quejaba de eso, que era una copia que no me inflaba el ego, que es lo que pasa cuando te reciclan en el Diario Vasco, o algo así. Pero es uno de los post más nefastos que he escrito. Lo bueno es que ha generado mejores continuaciones en otros blogs.
Creo que se por donde vas, y es verdad, jode mucho más que te sisen y encima para hacer una cagarruta. Desde luego es el mismo caso que el del periódico, porque lo que se hizo fué extraer lo anecdótico (que, anyways, está en los libros), perdiéndose casi toda la intensidad benputense (en este caso), para bien del lector y para mi bochorno y escarnio...
...de orgulloso nada.
Se siente algo como, joder, para hacer esto, ya lo hago yo mejor y antes, la hostia...
Yo también, por cierto, copio mucho, y demasiado a tración, nunca revelo mis fuentes ni nada de eso...
...de orgulloso nada.
Se siente algo como, joder, para hacer esto, ya lo hago yo mejor y antes, la hostia...
Yo también, por cierto, copio mucho, y demasiado a tración, nunca revelo mis fuentes ni nada de eso...
Yo suelo señalar siempre mis fuentes de inspiración o, cuando son subconscientes, en cuanto descubro la conexión, me gusta propalarlo. En mi caso, debe ser por soberbia (creo que es mi pecado/virtud capital city). Es por la misma razón que nunca he usado seudónimos salvo cuando estos resultaban obvios (como recurso humorístico coyuntural).
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