lunes, 8 de octubre de 2007
Guía de lugares que nunca existieron. 3) La Villa
Por si todavía no han atacado los 17 episodios de El Prisionero, les diré que hay 2 episodios de Los Simpson que lo homenajean, el que más ese en el que Homer tras hacer el vándalo desvelando secretos en Internet tras el nombre de Señor X, acaba siendo secuestrado y trasladado a esa excéntrica isla "quiensabeánde". Un lugar lejos del mundanal ruido donde las gentes son confinadas por los secretos que albergan, entre ellos el mismo Prisionero recluido por su descubrimiento de "la bolsa de cacahuetes sin fondo!" (vean foto). En el original, sin embargo, el prisionero (Patrick McGoohan que fue el creador absoluto de la serie) es conducido a un escondido lugar por negarse a explicar las razones de la dimisión de un importante cargo, posición que -aunque no se decía de manera explícita- el espectador de la época asociaba irremediablemente al de "espía al servicio del gobierno" ya que el actor se había hecho famoso interpretando a John Drake en series de la época como Agent Secret . El caso es que en ese pueblecito costero de nombre La Villa, nuestro hombre es rebautizado con el número 6, irá a su vez tras la búsqueda del número 1 y, mientras, es vigilado constantemente por el Número 2 quien le expone a una vigilancia al más puro 1984, aunque, en realidad, los métodos de control de la Villa tengan más que ver con los pronosticados por Huxley en su Un Mundo Feliz, ya que la mayoría de los habitantes caen rendidos ante el festivo colorido y las comodidades de un lugar que en su buenrrollismo no deja de resultar inquietante. Cualquiera diría que la villa no existe, que es fruto de una alucinación psicotrópica, y sin embargo, se fantasea con la posibilidad de que el lugar se sitúe por Lituania, o puede que, más probablemente, en la costa de Marruecos. Lo cierto es que las escenas de la Villa fueron rodadas en Portmeirion, una villa turística en Gales.
Todo en la Villa parece idílico, pero, como digo, solo "parece". La vigilancia de la que es objeto nuestro prota es incesante, pero Mcoogan/NumberSix se mantiene ahí, con un par, consciente de su capacidad para hacer frente a la adversidad, envistiendo su cínica mirada como si de un cruce de Lecter y el Dr House se tratara y, cuando no, probando a darse el piro más allá de los límites de La Villa. Para ello, capítulo tras capítulo tendrá que hacer frente a una gran pelota de playa de nombre Rover. Rover es un superbalón tipo Nivea aunque de menor calidad, y tiene el honor de haberse erigido en la pelota más tocapelotas de la historia de la Televisión, siguiendo a nuestro protagonista o a cualquiera de los habitantes de la Villa que se les dé por tomar el aire más allá de los límites marcadas por los mandamases villanos (villano, no lo olviden, viene de Villa).
LA INFORMACION ES VALIOSA
Otro ingrediente que hace grande a la Villa es el de su diseño Pop. Esa apropiación de mueblería sixty que hoy le da cierto aspecto retrofuture, caso de las eternas "lámparas de lava" que adormecerían al Pájaro Loco, los sillones semicirculares, el Lotus Seven que Number Six conduce en los créditos ; paraguas bicolores que parecen salidos de las viñetas de Edward Gorey; la bicicleta, artilugio asociado a la lisergia desde aquel primer trip del Doctor Hoffman a lomos de una; y, por último pero no menos importante, las eminentemente británicas bambas Victoria ...sí, las puñeteras bambitas azules en las que al salir de la playa te llevabas medio kilo de arena en cada una. Aunque, en otro orden de cosas, si algo ha convertido a la Villa en única, es la cantidad de situaciones sobre Control Mental que se exponen, caso de la virtual implantación cerebral que antecede a creaciones contemporáneas como Demonlover o las más dickianas Chypher y Cube; las que tratan acerca del trasvase de mentes en cuerpos distintos (Transmetropolitan) ; métodos de control nomuy lejanos al tratamiento ludovico de ClockWork Orange...la soledad del lobo estepario sin posibilidad de escapar por tierra mar y aire (Show de Truman); políticos-marioneta programados por fuerzas del Orden (Manchurian candidate), y hasta un enano, un enano de lo más salao que parece antepasado del de la habitación roja de Lynch (que por las ramas del arbol genealógico de este andará)...En definitiva gran cantidad de cuestiones metafísicas (de profunnnda relevannncia, que cantaban unos) en sugerente contraste con esa estética amable Swinging London que, diría, se hace más disfrutable vista a día de hoy.
Etiquetas: Numerología, Paranoias, Turismo rural
Me mola esta guia. A ver si se me ocurre algún otro lugar guapo...
Aunque a ustedes los sarasas la sangre les gusta, es el lubricante asqueroso de su desviación.
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