Pegamin

Simplicio y Lucio Godina fueron un caso muy particular de hermanos siameses. Su siamesismo, que llevaba el extraño nombre de pygopagus, era una variedad en la que como si de una zetosa puesta en escena de los Cain y Abel se tratase, cada hermano vivía de espaldas al otro. Vivían enganchados por la zona lumbar, y, para más inri, teniendo que compartir un mismo ano (como a veces los miembros del Pegamín, mimmamente), aunque, eso sí, por lo demás no compartiesen los demás conductos...
Nacidos en Filipinas y al igual que otros muchos frikazos los Godinos se dejaron ver por Coney Island, epicentro neoyorkino del freakshow desde que P.T. Barnum comenzase su colección de bichos raros allende por el siglo XIX. Pero pasó que, justamente como ocurriera con Merrick/el Hombre Elefante, un señor que pasaba por allí (compatriota filipino de nombre Teodor Yangeo) se apiadó del objeto de exhibición adoptando a la pareja cuando contaban 11 años de edad. Y los educó guapamente, iniciándolos tanto en el baile como en deportes como son el tenis, el golf, o el patinaje.
Lo más curioso de la historia de Lucio y Simplicio ocurrió no obstante cuando conduciendo un automóvil por Manila con Lucio al volante, éste golpeó a otro coche provocando una pelea verbal que derivó en una sentencia de 5 días de cárcel para Lucio. Pero, pasó que como el otro hermano no tenía porqué comerse el marrón, la sentencia fue anulada (y el qué pasaría si, visto lo visto, se les diese por cometer fechorías de mayor envergadura...es algo que me inquieta...). Esta anécdota inspiraría de hecho la película de ficción "Chained for life" protagonizada por las también siamesas hermanas Hilton en la cual, tras matar una de ellas por celos al amante de su hermana nadie iba a prisión. Curiosamente, cuando los Godinos se arrejuntaron a unas gemelas de nombre Natividad y Victorina Matos decidiendo llevarlas al altar, en un primer momento se les fue denegada esa posibilidad, aduciéndose que el dueto siamés era una sola persona (quizás un caso de alarma ante lo que creían un potencial caso de apología del menáge a tròis), aunque al segundo intento sí consiguieron la ansiada licencia para casarse, y a todo lo grande, en Manila. Así al poco, el nuevo cuarteto se hizo las Américas , realizando bizarras exhibiciones de baile hasta que, un aciago día del infausto año 36, Lucio pilló una neumonía mortal de necesidad que finiquitó esta bonita hermandad.

Etiquetas: ano para dos, conexión en Manila, hablando de bicefalia...