lunes, 19 de noviembre de 2007
Iconos Pegamín: Caspar Bartholin
Para que no se diga que en Pegamín no se trata la ciencia me he permitido recordar esta gran figura de la Anatomía. Un nombre que habrán escuchado de pasada en alguna clase de Naturales de EGB, y que nunca está de más recordar.
Millones de años después de la aparición del género humano, allá por el siglo XVII un médico de nombre Caspar Bartholin "the younger" descubrió -no me pregunten cómo- el verdadero origen de la lubricidad de las mujeres. Ocurrió que Caspar, proveniente de una gran saga de médicos daneses (los Bhartolin) dio con el lugar exacto de las glándulas expendedoras a las que, por supuesto, en un claro alarde de "yo las ví primero" les dio su nombre. Habían nacido pues "las glándulas de Bartholin", y Bartholin conseguido -sobre todo en el gremio de la medicina- algo que solo algunos galanes de Hollywood han logrado para sí: que las féminas visualicen tu nombre cuando se tocan en la intimidad .
Son tan importantes estas glándulas que -por poner un ejemplar ejemplo- sin ellas no existirían expresiones de esta casa como la de "chochos chorreantes". No confundir por cierto con glándulas de Cowper, que como sabrán los lectores más duchos en Anatomía, son el equivalente másculino de las glándulas de Bartholin (Bartolino para los de aquí) y que a su vez son excretoras de ese pre-lefal líquido transparente, ideal para rematar sesiones de vidio porno como es debido, es decir, con un adecuado deslizamiento y sin la necesidad de recurrir a lubricidades extrapollables. Así fue que, al inglés Cowper le reconcomía el no haber descubierto lo que el gran danés Caspar, pasando a la historia por las pajas y no en cambio por haber puesto su firma en la femenil intimidad...pero, ces´t la vie: Bartholin llegó primero.
Millones de años después de la aparición del género humano, allá por el siglo XVII un médico de nombre Caspar Bartholin "the younger" descubrió -no me pregunten cómo- el verdadero origen de la lubricidad de las mujeres. Ocurrió que Caspar, proveniente de una gran saga de médicos daneses (los Bhartolin) dio con el lugar exacto de las glándulas expendedoras a las que, por supuesto, en un claro alarde de "yo las ví primero" les dio su nombre. Habían nacido pues "las glándulas de Bartholin", y Bartholin conseguido -sobre todo en el gremio de la medicina- algo que solo algunos galanes de Hollywood han logrado para sí: que las féminas visualicen tu nombre cuando se tocan en la intimidad .
Son tan importantes estas glándulas que -por poner un ejemplar ejemplo- sin ellas no existirían expresiones de esta casa como la de "chochos chorreantes". No confundir por cierto con glándulas de Cowper, que como sabrán los lectores más duchos en Anatomía, son el equivalente másculino de las glándulas de Bartholin (Bartolino para los de aquí) y que a su vez son excretoras de ese pre-lefal líquido transparente, ideal para rematar sesiones de vidio porno como es debido, es decir, con un adecuado deslizamiento y sin la necesidad de recurrir a lubricidades extrapollables. Así fue que, al inglés Cowper le reconcomía el no haber descubierto lo que el gran danés Caspar, pasando a la historia por las pajas y no en cambio por haber puesto su firma en la femenil intimidad...pero, ces´t la vie: Bartholin llegó primero.
Comments:
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Sí, señor...una tipa de mi barrio se operó de las glándulas de B. y me enteré por casualidad al caer en un hospital donde curraba una amiga que me confirmó: "conoces a esa chica? es que no le lubrica el coño"...a día de hoy su pareja (de la operada, digo) luce un aspecto plácido, positivo, menos crispado...a la infelicidad se llega por un coño seco
Otro Bartolín icónico en Pegamin sería aquel concejalito pepero de jaén que en un alarde egomaníaco y mongolo fabuló que la ETA le había secuestrado a punta de pistola y se lo habían llevado en autorrés a Etarralandia, pero él, como en el Tercer Hombre, había escapado de sus garras...le duró la historia unos 15 minutos, el PP le botó y su viejo le desheredó
Una chica que tuvo la suerte de caer sobre mis atributos sexuales, no tenía glándulas de ésas; tenía surtidores de Bartholin. Era como si te se mearan encima, pero sin iones amonio de por medio. Tremendo. Una noche, por curiosidad científica, llevé un vaso de tubo a sus partes mientras ella se estremecía en pleno clímax, y juro que en mi vida me han puesto un cubata en volumen igual al recogido de sus labios. Molaba, vaya que sí...
Uy, pues yo paso....que luego sacas la polla y las manos como si hubieras estado 2 horas en la bañera
Yo es que de pequeño era de saltar en los charcos. Y de mayor soy de chapotear en los chichis. Cosas de haber nacido bajo un signo de agua, o mera parafilia. Tanto da.
Lo que tuvo que investigar y experimentar este hombre para descubrir el asunto... menudo golfo.
Eso sí que era una investigación interesante y no la mierda esa de la física cuántica...
Eso sí que era una investigación interesante y no la mierda esa de la física cuántica...
Olas, me "presento", llebo poco tiempo en esto de los bloggs, un principiante es, lo que "soy". Es para saver si por os gustaria una colaboración mia en pegamín eso sí dentro de mi espezialicdad, ya que se le aveis dejado ya a haciendoamigas (las ganas que él tiene, juas), aunque le "felicito" por los menos ya que se a currado de menos unos "parrafos" como, suele decirse embez de pegar un youtube y ale.
Pues yo creo que un inglés borracho que traduce al castellano con google translate podría darle a esto un matiz cool.
Me siento culpable por haber abierto una brecha espacio-temporal por donde se pueden colar en Pegamín criaturas de otras dimensiones infrahumanas... :(
Sí, colega...eres el heraldo de estos seres, el Silver Surfer de este Galactus analfaburro y mongólico...vete al rincón de pensar, haciendoamigos
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