lunes, 28 de abril de 2008

 

POMBO


«La mayor delicia de Pombo es que cada vez se han ido apartando de él los que llevan torvos pensamientos entre ceja y ceja, los antipáticos de nacimiento, los cuervos que se reúnen en bandadas en cuanto encuentran cobijo que los resista, los simples que creen en todo lo que oyen, los badulaques que quieren medrar, los que gustan de verse unos a otros, como animándose en sus odios comunes y en desahucios personales, y los misteriosos cuyas miradas de connivencia sorprendo y a los que persigo hasta ahuyentarles porque lo peor que tiene la bastardía sobre su suciedad y su baja obsedancia es la deslealtad en que vive y la falsedad que cabe suponer a todos sus móviles e inspiraciones.

Con esta despedida de los molestos, Pombo tiene días de extraña algarabía que alzan los que se reencuentran en lo desinteresado y días de pura soledad, esa soledad a que llega siempre el buen escritor en España y que es condición segura de modesta bondad, de voto de pobreza final salvando su disparidad como única riqueza.

A esa soledad de Pombo llegan los sencillos y los locos, esos locos españoles que son los últimos románticos de España y que tienen un seguro instinto de orientación en su locura.»

(RAMON GOMEZ DE LA SERNA)

Justo ayer acabé de leer el POMBO ramoniano. Me lo dejó Charlie (libros así sólo los puede dejar un amigo) y, aunque soy asiduo lector de Ramón desde finales de los 90 (con éste llevaré unos quince títulos -son de los últimos volúmenes que compré cuando todavía tenía dinero y espacio para guardar libros-), no conocía de primera mano esta su obra más celebrada. Lectura más oportuna, imposible (tanto por razones de fondo muy jondo como por otras más anecdóticas -como toparme, en el capítulo dedicado a los banquetes, con que las jamonadas, esas jamonadas que tanto gustaba de organizar mi adláter corazonesco Carlos Aguirre, ya estaban inventadas por Ramón-): esta bendita sincronicidad jungiana, que hace que ocurran las cosas en su momento y su lugar.

Supongo que en el staff de este blog habrá quien ya haya catado y requetecatado el libro. Yo recomendaría justo en estos momentos repasarlo y, a quien no lo conozca, descubrirlo. Entre la cripta pombiana y la caterva de titanes hay (o debería haber -más que nada, para mejor salud de la caterva-) muchos y firmes lazos.

«Somos pocos los que nos seleccionamos y seguimos compartiendo, avizorados y bohemios, nuestra vida y nuestra muerte.

No vale ninguna añagaza contra las cosas en que hay buena fe o inspirado desinterés.»

(RAMON GOMEZ DE LA SERNA)


Comments:
Ufff, Zurdo, ¡más madera!

La verdad es que me apetecería un montón leerme la mentada, pero es que la acumulación de material apetecible que tengo es monumental!!

Sin embargo, queda apuntada en mi wishlist.
 
hay mucho material, ciertamente, especialmente español, material ninguneado: Camba, articulistas , no recuerdo el nombre, el que Umbral consiideraba su maestro. Se va editando todo poco a poco.

Pero D. Ramón es especial, especialmente su vida. Qué moderno, disparatado.
spanish low brow forever¡¡¡
 
Los ramones somos la pera.
 
Anónimo, va a ser Ruano, ese articulista elogiado por Umbral
 
De Camba he leído no hace mucho dos libritos de Austral que también me pasó Charlie y me parece bastante ameno, aunque menor comparado a RGS. De César González Ruano tengo la antología 300 PROSAS que me suelo releer cada lustro desde el 84 (que me la regalé con el primer sueldo que cobré de ABC -la editaba Prensa Española-). Su manera de escribir, profundamente emotiva, me encanta. En mi blog le incluí un fragmento: http://elzurdo.blog.com/2559237/
 
Exacto, César González Ruano. Gracias, Sra Columbo. Es ud. un encanto.
 
De nada, señor anónimo. Para servirle.
Yo de Ruano sólo he leído un jugoso librito que encontré en la librería de mi pueblo, que recopilaba varias estampas-relatillos o lo que fueran. Una de ellas, me parece, es la que el Zurdo recogió hace poco en su blog.
 
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