jueves, 8 de mayo de 2008
Richard Allen: el bardo de la violencia skin
Richard Allen no es si no uno de los nom de plume bajo los que se cobijaba el escritor de origen canadiense (otros dicen que australiano) y corazón british James Moffat (1922-1993). Se trataba de un escritor que se movía en el pulp, concretamente en la explotación de las subculturas juveniles de los 60's y 70's, y, específicamente, en la skinhead (y en la miríada de subgrupos que mamaban de la teta del movimiento Mod: Suedeheads, Hard Mods, Smoothies, Rudeboys, Scooterists, etc...). Conocedor de este movimiento tan británico, y centrándose en el aspecto violento y amenazador de los skinheads, Allen se muestra admirador de la escena y simpatizante de esos mismos movimientos políticos de extrema derecha que pervertirían, a finales de los 70, la movida original.
Ya era talludito cuando, a mediados de los 60, se instala en Inglaterra y empieza a escribir novelas baratas para la editorial Compact Books primero y New English Library después, siendo en esta última donde realizaría sus libros más famosos.
Seguidores de sus libros, no sé si en un intento de dignificar su obra, aseguran que la violencia representada en estas novelas no es simplemente una violencia inmediata, física, ordinaria, si no que cuenta con una vertiente "mística": más allá de ser, simplemente, una válvula de escape de las frustraciones diarias de estos jóvenes alienados de la working class más working. Es como si los personajes, como una especie de samurais del guetto, buscaran la realización personal y el conocimiento de uno mismo a través del ejercicio de la brutalidad y la violencia: sentirse vivos gracias a la pelea. Como otros escritores de pulp - especialmente Rober E. Howard, el creador de Conan - identifica esa violencia como una pulsión atávica, primitiva, que habita en el ser humano. Claro, que estos mismos defensores de su obra han llegado a decir que Allen es "el Charles Dickens de los cabezas rapadas".
Lo cierto es que, en su primera novela "Skinhead", se da un complicado maridaje entre retórica fascista y nihilismo punk (como debió - y aún hoy, me da la impresión - ser el movimiento Skinhead en los 70's, alejándose del dandysmo de los mods y acercándose a pasos agigantados a la politización y al paramilitarismo más bandarra). Sus personajes son adolescentes de los barrios más degradados de Londres, seducidos por el poder de la violencia, la camaradería grupal, la rebeldía teenager y el sexo urgente de callejón, y machacados por la alienación, la policía, los servicios sociales y los padres, todos ellos símbolos de su opresión (a menudo sus personajes han sido objeto de violencia de forma continuada, desde la infancia, por parte de padres o profesores).
"Skinhead" llegó a ser un best-seller (pienso que por los mismos motivos que otros títulos de explotación setentera como "Yo, Christina F.") que vendió un cerro de ejemplares y que fijaría los parámetros con los que se midió el resto de su obra (al menos, lo poco que conozco, en su vertiente de explotación juvenil...desconozco en sus obras de terror o de explotación erótica). Allen (y por lo visto el resto de los autores estrella de este subgénero tan pop) está obsesionado con el uso de la violencia cruda, los estereotipos raciales, el florecimiento sexual, la diferencia de géneros (los personajes masculinos, a decir de los expertos en su obra, suelen ser del tipo sádico-dominante mientras que a los femeninos les va la marcha, como se decía antes, y solían manifestar rasgos masoquistas, como, por ejemplo, la violada que ha disfrutado con la agresión sexual, jarl!). En estos autores, el sexo, el dolor y la humillación van parejos (como en el caso de algunos de vosotros...aunque vuestra humillación sea de otro tipo).
En este libro nos presenta a Joe Hawkins, protagonista de varias de sus novelas, el cuál, caló entre los skinheads hasta tal punto que un grupo tan señero en la escena como es The Opressed le dedicó una canción.
Tras su primer éxito, publicaría , en su editorial de cabecera New English Library, otros 17 títulos los cuáles, por cierto, no fueron los únicos de esta temática...otros escritores de la casa como Mick Norman o Alex Stuart trabajaban en esta misma línea de pandilleros juveniles si bien se especializaron en otras tribus urbanas como los moteros macarras de Mick Norman (aunque los personajes de éste último eran mayores y sus vidas acababan con muertes violentas no como los skinheads adolescentes de Allen que acababan con sus huesos en el banquillo de acusados).
A pesar de haber sido relativamente famosas, con los años, la figura de Richard Allen caería en el olvido hasta la reedición, en la década de los 90, de sus novelas en seis volúmenes y la emisión en televisión del documental de la BBC "Skinhead Farewell" sobre su obra lo que unido a su sensacionalista estilo de escritura hicieron que las nuevas generaciones conocieran su obra.
Besitos de fresa y de limón para todos.
Ya era talludito cuando, a mediados de los 60, se instala en Inglaterra y empieza a escribir novelas baratas para la editorial Compact Books primero y New English Library después, siendo en esta última donde realizaría sus libros más famosos.
Seguidores de sus libros, no sé si en un intento de dignificar su obra, aseguran que la violencia representada en estas novelas no es simplemente una violencia inmediata, física, ordinaria, si no que cuenta con una vertiente "mística": más allá de ser, simplemente, una válvula de escape de las frustraciones diarias de estos jóvenes alienados de la working class más working. Es como si los personajes, como una especie de samurais del guetto, buscaran la realización personal y el conocimiento de uno mismo a través del ejercicio de la brutalidad y la violencia: sentirse vivos gracias a la pelea. Como otros escritores de pulp - especialmente Rober E. Howard, el creador de Conan - identifica esa violencia como una pulsión atávica, primitiva, que habita en el ser humano. Claro, que estos mismos defensores de su obra han llegado a decir que Allen es "el Charles Dickens de los cabezas rapadas".
Lo cierto es que, en su primera novela "Skinhead", se da un complicado maridaje entre retórica fascista y nihilismo punk (como debió - y aún hoy, me da la impresión - ser el movimiento Skinhead en los 70's, alejándose del dandysmo de los mods y acercándose a pasos agigantados a la politización y al paramilitarismo más bandarra). Sus personajes son adolescentes de los barrios más degradados de Londres, seducidos por el poder de la violencia, la camaradería grupal, la rebeldía teenager y el sexo urgente de callejón, y machacados por la alienación, la policía, los servicios sociales y los padres, todos ellos símbolos de su opresión (a menudo sus personajes han sido objeto de violencia de forma continuada, desde la infancia, por parte de padres o profesores).
"Skinhead" llegó a ser un best-seller (pienso que por los mismos motivos que otros títulos de explotación setentera como "Yo, Christina F.") que vendió un cerro de ejemplares y que fijaría los parámetros con los que se midió el resto de su obra (al menos, lo poco que conozco, en su vertiente de explotación juvenil...desconozco en sus obras de terror o de explotación erótica). Allen (y por lo visto el resto de los autores estrella de este subgénero tan pop) está obsesionado con el uso de la violencia cruda, los estereotipos raciales, el florecimiento sexual, la diferencia de géneros (los personajes masculinos, a decir de los expertos en su obra, suelen ser del tipo sádico-dominante mientras que a los femeninos les va la marcha, como se decía antes, y solían manifestar rasgos masoquistas, como, por ejemplo, la violada que ha disfrutado con la agresión sexual, jarl!). En estos autores, el sexo, el dolor y la humillación van parejos (como en el caso de algunos de vosotros...aunque vuestra humillación sea de otro tipo).
En este libro nos presenta a Joe Hawkins, protagonista de varias de sus novelas, el cuál, caló entre los skinheads hasta tal punto que un grupo tan señero en la escena como es The Opressed le dedicó una canción.
Tras su primer éxito, publicaría , en su editorial de cabecera New English Library, otros 17 títulos los cuáles, por cierto, no fueron los únicos de esta temática...otros escritores de la casa como Mick Norman o Alex Stuart trabajaban en esta misma línea de pandilleros juveniles si bien se especializaron en otras tribus urbanas como los moteros macarras de Mick Norman (aunque los personajes de éste último eran mayores y sus vidas acababan con muertes violentas no como los skinheads adolescentes de Allen que acababan con sus huesos en el banquillo de acusados).
A pesar de haber sido relativamente famosas, con los años, la figura de Richard Allen caería en el olvido hasta la reedición, en la década de los 90, de sus novelas en seis volúmenes y la emisión en televisión del documental de la BBC "Skinhead Farewell" sobre su obra lo que unido a su sensacionalista estilo de escritura hicieron que las nuevas generaciones conocieran su obra.
Besitos de fresa y de limón para todos.
Etiquetas: A que te meto un maca, Acaso nos recuerdas en el 77, Pop Library
Comments:
<< Home
Era cuestión de tiempo: Rousseau y los Skinheads como unidad de destino en lo sentimental. Esperen, voy a vomitar.
La culpa de todo la tiene el ambiente y Margaret Thatcher ( léase o recítese impostando voz bíblica, of course)
Los skins puros, sin politizar y sin tocar los huevos a la ciudadanía, son una de las corrientes juveniles más elaboradas y molonas. Tienen unos gustos musicales muy guapos: ska, soul y Oi y unas indumentarias más que aceptables (hablo obviando las bombers y las Martens). Por supuesto no hablo del skin nazi ni del skin perroflauta de izquierdas...hablo del skin de Lambretta o Vespa
culoz dijo
Los skins (rojos y azules) son la 2ª tribu urbana más lamentable después de los melendis.
-------------------------------
Jajajajajaja, absolutamente de acuerdo.
Los skins (rojos y azules) son la 2ª tribu urbana más lamentable después de los melendis.
-------------------------------
Jajajajajaja, absolutamente de acuerdo.
Justo ahora estoy leyendo un libro donde se habla de tribus y de skins, SUBCULTURE (de un tal Dick Hebdige), y por lo que voy leyendo, los skins son el colectivo tribal que me resulta más ajeno tanto en ética como en estética -seguidos de los reggaes-). Los que más se acercan a mi indio-sin-grazia serían los glams cult (el autor subdivide al glam en glitter "para consumo de adolescentes" -Gary Glitter, Marc Bolan, Alvin Stardust...- y glam esotérico y cult -Bowie, ROXY MUSIC, COCKNEY REBEL, Lou Reed...-), los punks en tanto que herederos del glam cult (Siouxsie, Duffo...) y, en parte, los mods que fueron evolucionando al rollo progresivo y artie (no los que involucionaron a la skinización).
El colectivo mas homogéneo, fractal, y a un tiempo preñado de contradicciones es lo que conocerán por esos sitios donde viven ustedes como Canis, jinchos o puta plaga, aquí changas, yarkis, harcoritos... con sus sub-variantes y sus casos excepcionales.
Esta manifestación cultural es meritoria de un análisis, por lo extendida que está, por su perniciosidad social, y ademas por su radical cualidad artificial, está promovida y orientada con unos objetivos claros...
Publicar un comentario
Esta manifestación cultural es meritoria de un análisis, por lo extendida que está, por su perniciosidad social, y ademas por su radical cualidad artificial, está promovida y orientada con unos objetivos claros...
<< Home