jueves, 3 de julio de 2008

 

Sionismo encubierto en el folklore andaluz




Si usted gusta de la conspiranoia más clasicota sabrá que la teoría que contempla que todos somos marionetas con ilusión de libre albedrío en manos de los titiriteros judíos que rigen el mundo tiene más años que el hilo negro o La Casa de Campo. Los Protocolos de los Sabios de Sión, el Priorato Oculto, la teoría de que el Holocausto es un invento del Sionismo más cizañero, el Nuevo Orden Mundial, el gigantesco ejército de robots con yarmulke que se oculta bajo el lecho marino o la descabellada historia de que la industria americana del cine está en manos de judíos son las delirantes leyendas urbanas que circulan all over the world. La extraña aversión y miedo que sentimos hacia el Pueblo Elegido hacen que florezcan, cada cierto tiempo, esta maraña de tontunas antisemitas que mucho me temo, de no atajarse de raiz, puedan desembocar en una nueva oleada de pogromos en Manhattan. Al igual que Boratz y su mánager sentían un miedo irracional hacia los judíos, equiparándolos con genios malvados o demonios narigudos,así la opinión pública da salida a su mal rollo inventando calumnias sobre los Yehudi. Hombre, no deja de ser extraño el hecho de que los judíos hayan sufrido persecución, fueran donde fueran, desde tiempos inmemoriales, siendo expulsados de todos los sitios a los que se han arrimado, así como denigrados, maltratados por casi todas las culturas con las que han convivido, segregados y siendo tachados, de muy mal rollo, de peseteros, chungos y de mil cosas igual de feas.




Obviando las conspiranoicas teorías más pajeras existen estudios que afirman, de manera más comedida y rigurosa, que el Sionismo se publicita a través de los canales más insospechados, de manera subliminal e insidiosa, buscando influir positivamente en la opinión pública mundial acerca de sus objetivos. En el caso de nuestro país, España, los malvados líderes mundiales judíos, intentan intoxicarnos a través de uno de nuestros fetiches nacionales más queridos (y no es el fútbol ni la siesta): el folklore andaluz en todas sus variantes (flamenco, copla y rumbitas).





Esto que, a priori, puede resultar descabellado y propio de americanos gordos, calvos por delante y con melena lacia y larga por detrás, tocados con gafas grandes de montura metálica dorada, que se dedican a volcar sus anhelos paranoides en fanzines cutres se muestra, sin embargo, rotundamente cierto a la luz de varios ejemplos.



Un tótem tan señero, y recio, como es Manzanita nos hablaba, en su canción-himno "Un ramito de violetas", de la fatídica fecha del 9 de noviembre, recordándonos el fatal pogromo ,conocido como La Noche de los Cristales Rotos, que sufrieron los judíos en Alemania y Austria, en el año 1938, instigado por las SS y que marcó el inicio del Holocausto. Escondido tras una supuesta historia de amor, la protagonista de la canción, personificación del pueblo hebreo, sufre en manos de su marido - el pueblo alemán o el partido nazi- una serie de desaires, desprecios y maltratos, que culminan, el 9 de noviembre, con el regalo de un ramito de violetas - seguramente metafóricos cardenales -.












En la conocida "Salve Rociera", un clásico intemporal de los que gustamos de enjaezar nuestro caballo e irnos al Rocío, a lavarnos los pies con botellines de Cruzcampo, se llama, reiteradamente, como un mantra, a la Aliyá o Aliá. La Aliyá ("ascenso") es uno de los preceptos del judaísmo, y uno de los puntales del Sionismo, que consiste en la vuelta a la Tierra Sagrada de Israel. Cualquier judío en diáspora tiene derecho al viaje gratuito y a la ciudadanía en el Estado de Israel. Como sabrán, quien realiza la Aliyá es el olé (masculino) y la olá (femenino). En esta canción se llama, obsesivamente, a la figura masculina (es una religión profundamente machista) del inmigrante judío para que vuelva a Israel:


"Olé, olé, olé, olé, olé,
olé, olé, olé, olé, olé, olé, olé,
olé, olé, olé, olé, olé, olé, olé.
Al rocío yo quiero volver
a cantarle a la Virgen con fe con un
Olé, olé, olé, olé, olé,
olé, olé, olé, olé, olé, olé, olé,
olé, olé, olé, olé, olé, olé, olé.
Al rocío yo quiero volver..."



Aquí, claro está, es evidentísima la translación entre Rocío-Israel (nombres muy gitanos, por otra parte)



Quién sabe si entre las hordas de rocieros no se encuentra una Quinta Columna de Sionistas camuflados como El Cabra, El Chuli o el Pai.




Como buenos aficionados al flamenco no ignoran que un palo tan señero como la petenera, según algunos estudiosos del tema, tiene origen judío (sin ir más lejos, Hugo Pratt, el padre de El Corto Maltés, utiliza la petenera como banda sonora de la infancia de Corto en la Córdoba de finales del s. XIX). No en vano, para apoyar esta teoría, tenemos un clásico de la petenera que dice:



"¿Donde vas bella judía,

tan compuesta y a deshora?

Voy en busca de Rebeco

que estará en la sinagoga"




Esto debe ser "salir por peteneras"


Parece ser que este palo tan pausado figura entre las canciones tradicionales de los judíos sefardíes que, cuando salieron de España, se instalaron en los Balcanes. Según Hipólitto Rossy, en su "Teoría del Cante Jondo": «El pueblo israelita, por su convivencia de siglos con los españoles, incluso en la España musulmana, tuvo sobrada oportunidad de influir en el cante jondo, como en tantas otras actividades humanas en las que estuvieron presentes, codo a codo con los españoles. Se cree que muchos juglares y cantaores flamencos eran de raza hebrea, y hasta se aventura que La Petenera —tipo legendario de cantaora— era judía ella misma. Lo raro, lo incomprensible, habría sido que hubiera estado al margen de esta actividad artística, popular, este pueblo, cuyos talentos artísticos han sido extraordinarios y siguen siéndolo hoy como en la remota antiguedad".




Tó pedo


Como podrán ver, hay suficientes indicios, y todos de peso, para que, al menos, la duda se infiltre en sus corazones y la desazón y la zozobra se instalen en su pensamiento cuando, en su próxima juerga, en el Café de Chinitas o en El Corral de la Morería, piensen que tal vez, solo tal vez, están siendo reprogramados por el Sionismo Internacional para acabar siendo simples golems de carne y hueso al servicio los sabios de Sión.





Shemá Israel, Adonai Eloheinu, Adonai Ejad, chavales

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Comments:
Manda huevos que este artículo sea más serio y fiable que los protocolos de los sabios de sión.
 
Los sabios de Sión son los viejunos de Matrix, ¿no?
 
Pero ¿esto es de verdad?
 
Ole, ole y ole y vivan los comentarios chulos
 
joder con la judería

fuck with the jewishood
 
Habrá sido el zurdo disfrazao de diestro
 
Coño, Ender...de entre los muertos
 
Si vale Manzanita que era madrileño, entonces también serviría la descacharrante ROSA MORENA, cuando en 1966 osó adaptar a la rumba catalana el HAVA NAGUILA (tan socorrido para el foráneo como pueda serlo el "Mustafá" para los no arabís). Además lo hizo maravillosamente bien. Sin orquestaciones horteras (una Abbe Lane aún tendría el toque Cugat que le dio prestancia a su adaptación, o la juvenil Eartha Kitt -antes de Batman- que lo conirtió en semi-torch song en la línea de los exotismos nostálgicos de la Legión - muy Pepe Le Moko- de la Josephine Baker), con muchas palmas y poco jaleo.

Y apostaría a que el feo, el gordo, el como baboso Antonio Garisa, también debía de tener algún componente andaluz en sus genes cuando fue el más famoso Zero Mostel del teatro español (El violinista en el tejado).

En cuanto a Manzanita, entroncaría por completo en los fusionadores setenteros (¿alguien se acuerda de los estupendos CHORBOS?). Era de la cuadrilla de LOLE Y MANUEL, expertos en muchas cosas, por ejemplo en lo sefardí. Todo esto devendría en la actualidad en las peteneras de la Carmen Linares, recuperando piezas de la cultura hebrea que ya había interpretado mucho antes con notable acierto otra Streisand de la música hispanoamericana: Soledad Bravo.
 
La verdad es que había pensado meter el Hava Naguila de Rosa Morena y, como contrapunto, seguir con el rollo de que, como contraespionaje, los islamistas nos habían colado, para contrarrestar la influencia sionista, a Emilio el Moro pero se estaba haciendo demasiado largo...he de reconocer, Maciste, que en el resto de lo que apuntabas me pierdo
 
Qué grande Antonio Garisa.
 
Me quedo con Charles Laughton. Hasta aceptaría en darle por el orto si con eso hubiera conseguido estar cerca de Mitchum en LA NOCHE DEL CAZADOR (yo creo que Laughton era pasivo,en su totalidad).
 
Joder, eso es odiar mucho a Garisa...o querer mucho al gordo Laughton
 
Ja,ja,ja. Cuestión de trepismos mitómanos.
Lo de Garisa es una tirria personal (y compartida con mi familia, cuando era crío). Lo siento. Pero da la casualidad de que "El Violinista en el tejado" es uno de mis musicales más odiados, además. Curioso que fuese Garisa el rabino titular en su adaptación española.
El simil con Laughton era sólo por lo que decía antes del "feo-gordo-baboso".
 
Bueno, pues es un gordo-baboso-feo muy cinematográfico...aquí, en Pegamin, hay muchos de esos pero en lugar de vivir en Hollywood viven en Fuenlabrada
 
Ya, tipo Garisa. Si ya sé de ustedes... Al Canut le encantará el Pegamín, entonces. Por esa facción tan osera.
 
Jajajaja, gran post. Se puede oler el aire fresco que corre desde que se fue el patético Zurdo.
 
Pobre Lefty, ni yéndose le dejan en paz.
 
Me ha dicho Ender que el que escribe por aquí con el nombre de Maciste es Nacho Vigalondo! También me dijo que le caía mal. jajajaj
 
...
julio
 
Como perro judio que sospecho que soy desde mi mas temprana tardoadolescencia no puedo estar más de acuerdo, los dictados de sion hacen mella en nosotros a traves de las mas variadas técnicas de sugestión, pe: Las jotas navarras por todos es sabido que tratan de ocultar una torá edulcorada
 
sionistas de mierda, lean su puto tora después de masacrar palestinos.
 
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