Pegamin

"Prisiones, hospitales, dolor, huesos rotos, sangre y tragedia forman parte de mi vida de Rock'n'Roll".

•"Conmigo no obtienes lo que esperas, obtienes lo que mereces".

•"¿Qué me excita? Peligro, vivir deprisa, infringir la ley, prostitutas, alcohol, la carretera, beber meados y sangre, masturbarme, pelear, comer mierda".


Bueno como ya parece que va a ser tradición, ante la inminente llegada de esas fechas tan signaladas, aquí en el pegamin, nos gusta glosar la figura de algún personaje que signifique todo lo opuesto al empalagoso espí-rito navideño. Y si el año pasado tal honor recayó en Brujería (Brujería: ya es Navidad en Pegamin) y sus satánicos pinches en esta ocasión el turno es para GG Allin el punk roquero más repulsivo, salvaje, degenerado, violento y autodestructivo que ha aparecido en el planeta tierra. Si bien es cierto que alguno ha recogido el legado manteniendo el pabellón bastante alto (vease Extreme Elvis ) nadie ha llegado a los niveles de odio, y agresión que se podían dar en cualquiera de los bolos, conferencia, entrevista, firma de discos o cualquier tipo de aparición pública de nuestro infra-heroe; iba infundiendo el terror allí por donde pasaba. Así que ya saben: ese momento -la familia reunida, con esas señoras mayores tan arregladas y esos jovenes tan rematadamente torrados por la mezcla de alcoholes varios, y todos ellos y ellas (ellas más) con el buche a reventar- ese es el momento perfecto para recordar con pelos (del culo) y señales (en los brazos) la historia de nuestro legendario protagonista. Verán como la velada adquiere tintes inusitados y escatológicamente locos. Si lo están deseando... Seguro que han tenido que soportar durante horas alguna función de ñajos en el colegio, en su trabajo le han obligado a cantar villáncicos tocado con un gorro papanoelesco o se han tragado con la family alguna de las decenas de películas que inundan la televisión en todos los canales y que versan sobre el espíritu navideño, la concordia, Santa Claus y sale Steve Martin. Venga, venga. Y luego nos cuentan. No se olviden los youtubes, acompañan muy bien a los polvorones y mazapanes del postre...

•"Uno debería estar orgulloso de ir a prisión por lo que cree , he aprendido mucho en las prisiones. He aprendido a ser mejor criminal, a pelear mejor. Es un buen entrenamiento para sobrevivir. Creo que debería ser obligatorio que todo el mundo fuese a prisión por lo menos durante un añio de sus vidas. Es como ir a la escuela. Así la gente se daría cuenta de lo corrupto, inútil y discriminador que es el sistema judicial, y aprenderán a luchar contra el".

Lo sorprendente de GG Allin y lo que ha hecho acrecentar su leyenda hasta el horizonte cósmico ha sido que un kamikaze y violento engendro de la sociedad como él, haga declaraciones como la de más arriba o haya permanecido pateándose el circuito roquero más extremo durante 15 largos años. Este no es un estereotipo punk descerebrado a lo Sid Vicious. Detrás de toda esa putridez humana se esconde un discurso honesto y directo.

¡Al (pus del) grano! Kevin Michael Allin, bautizado Jesus Christ porque su padre estaba más colgado que las botas de Gento y aseguraba que el mismísimo Jesucristo le había rebelado que tendría un hijo que llevaría la sangre del mesías, se crío en New Hampshire -EEUU- malviviendo en una cabaña de dos habitaciones sin agua sin luz y sin ná. El tarado papá tenía a la familia acojonada con sus paranoias religiosas y en cuanto caía la noche quedaba prohibida la conversación en la casa. Además tenía la curiosa costumbre de cavar un agujero en la tierra con las dimensiones de un ataud sin dar ninguna explicación sobre ello (qué acojone) Sin embargo GG y su hermano Merle han negado posteriormente que los abusos de su padre fueran el motivo de su peculiar personalidad. La adolescencia de los hermanos Allin fue bastante turbulenta. Los vecinos comprobaban aterrados las actividades de la singular pareja aunque tampoco era para tanto... un poco de venta de drogas, pequeños/grandes robos en casas o destrozos de las mismas, algún cambio de sitio de coche que otro, unas cuantas peleas con la vecindad. ¡Coño! pues si no saben aguantar una broma que vayan del pueblo.

G.G. comenzó tocando la batería, y al cabo de un tiempo formó el grupo Little Sister's Date (LSD) con Merle (reconocible por sus patillas y bigote hitler-chaplinesco falsos). Éste con el tiempo dejó el grupo y se marchó a Boston, por su parte su hermano formó Jabbers, su primer grupo de importancia. En los siguientes años pondría en marcha otras muchas bandas con variopintos nombres: Scum Fuck, Texas Nazis, Cedar Street Sluts, Drug Whores, Sewer Scum, Afterbirth, Psycho, Disappointments, AIDS Brigade, Bulge, Toilet rockers y finalmente The Murder junkies (Adictos al asesinato), su grupo definitivo y su época más salvaje. Los Murder Junkies eran un trío, compuesto por los dos hermanos Allin, felizmente reunidos Geyper y Deano, un sujeto con una rayadura equivalente a la del propio GG y que solía actuar desnudo como él. Musicalmente los yonis no tenían mucho misterio, sus canciones eran sucias, directas, contundentes; como diríamos ahora supercañeras. Los títulos de los temas también se las traían "I kill everything I fuck" (Mato todo lo que me follo) "Kill the father, Rap your mother" (Mata a tu padre, viola a tu madre) "I wanna rape" (Quiero violarte) "Stick a cross up a nun's cunt" (Mete un crucifijo en el coño de una monja) "Eat my diarreah" (Cómete mi diarrea) o "Kill the police" (Mata a la policía) años antes de que un himno similar se plasmara en una canción (censurada por cierto "Cop Killer" de Ice-T/Body Count). La mayoría de los discos de Allin están grabados de forma inexperta, siguiendo la principal máxima del punk DIY (Do it yourself/Hazlo tú mismo) lo que le hace ganar enteros entre su publico potencial al darle ese clásico aire de rastrera autenticidad.

Aunque sin ninguna duda lo más impresionante de los Murder Junkies eran los conciertos, ya que sin ellos ahora mismo no estaríamos aquí parloteando sobre este energúmeno. Los shows eran breves porque la policía solía interrumpir en la sala para parar el concierto en cuanto GG comenzaba a hacer de las suyas, para los guripas resultaban más excitante los bolos de Allin que los rutinarios arrestos en los barrios bajos de putas y camellos de tres al cuarto. Y comienza el espectáculo... y ya tenemos a Yiyi desnudo, cubierto de meados, heces, sangre y whisky con su minúscula polla al viento, tratando de violar a mujeres del público, metiéndose bananas por el recto, dejando que algunos tipos del público le hagan una felación o recogiendo con la boca toda la mierda que alguna espectadora del público ha tenido a bien de evacuar, para acto seguido vomitarselo todo encima de algún despistado. También tenía por costumbre degustar tampones cargaditos de sangre menstrual. ¡¡¡Buuurrrghhgh!! Su número más divertido era cuando sacaba a hostias a la calle a los punks más duros del lugar o los perseguía arrojándoles sus heces recien descomidas y aún calentitas y humeantes. Las primeras maniobras para entrar en calor casi siempre pasaban por la automutilación. Cogía lo primero que tenía a mano (latas, botellas...) y se lo estampaba en la cabeza. En una ocasión se partió seis dientes con un microfonazo en toda la boca. Aparte del peligro que suponía asistir a un concierto de este especimen y llegar de vuelta a casa sin secuelas físicas y psiquicas de por vida, estaba la amenaza que flotaba siempre en el ambiente de que esa sería la noche elegida para que el mito volara en pedazos llevándose de paso a toda la audiencia por delante con una AK-47. En efecto en 1988, escribió a Maximun RocknRoll diciendo que se suicidaría en la noche de Halloween de 1989 durante la celebración de un concierto, no pudo llevarlo a cabo porque en esos momentos se encontraba a la sombra. Sin embargo una vez fuera del maco, volvió a advertir que seguiría adelante con su plan de suicidio, aunque sin revelar la fecha ni el lugar de tan esperado acontecimiento. No hace falta imaginarse los charcos de adrenalina que los fans dejaban en el piso todas las noches ante la perspectiva de asistir a un evento mítico (y a lo mejor no poder contarlo). Por lo visto, los asistentes al show, antes de entrar al recinto debía firmar un papel (¡hey estamos en Ame-rica!) en el que exoneraban al propietario y promotor de la gira de cualquier percance chungo que pudiera acontecer.

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