viernes, 3 de julio de 2009

 

Killed by Pegamin (7)

"Dame veneno/que quiero morir/daaameee venenooooo..." Popular


Nunca nadie persiguió la muerte con tanto ahínco como Jacques LeFevrier. Este francés, perfeccionista y amante del detalle, buscaba a la muerte para arrebatarle la guadaña de un empujón y rebanarse el cuello con ella. Seguramente, vencido el miedo a la nada absoluta, en la trastocada cabeza del galo se instaló un miedo de sustitución- como un yonqui que reemplaza una adición por otra-: el miedo a fallar en su intento de asesinarse. Minucioso, empapado de ansiedad por anticipación, casi obsesivo, planeó lo que, sin duda, auspiciaba una muerte al 99,99% de posibilidades. Decidido a entonar el adiós mundo cruel, con su carta dirigida al Sr. Juez, sus discos empaquetados para que los heredera ese amigo que se relamía cada vez que subía a casa, su testamento actualizado y las macetas regadas, subió a un acantilado. Una vez allí, inflamado por la determinación, se ató al cuello una soga que terminaba en pedrusco, se bebió una petaca de veneno y cargó su revolver. Seguidamente, incendió su ropa, empujó la roca y saltó, quiero pensar que con una sonrisa de felicidad, hacia lo que él pensaba era el Suicidio Perfecto, mientras disparaba su pistola apuntando a esa cara que había llegado a aborrecer. Murió, claro.


Dramatización



...pero no como tenía planeado: su primer error fue errar el disparo que, aunque seguramente le socarró el bigote y le dejó medio sordo, consiguió cortar la soga y separarle de la roca que le hubiera arrastrado hasta el fondo. Ardiendo como una tea y con el buche lleno de raticida esto parecería un mal menor si no fuera porque el barrigazo contra las aguas apagó las llamas y le hizo vomitar vigorosamente la ponzoña que empezaba a burbujear en sus tripas. Aturdido, gomitado, seguramente con el pelo chamuscado, el cuello lacerado y con la desazón que se le queda a uno cuando pega un planchazo piscinero, LeFevrier siente que tiran de él. Una sonrisa exhausta se dibuja en su cara. Ya está aquí la Valkiria, debió pensar. Error. Se trataba de un pescador que tal vez pensara que el maltrecho ser se había caído de un nido, como un gurriato. Presto le llevó a la orilla y, desde allí, al hospital más cercano. Mientras, imagino, Jacques, sollozaba e invocaba a La Parca, que debía estar apagada o fuera de cobertura.


Pero no os desesperéis que esta historia, como las películas bonitas de Hollywood, acaba bien. Jacques LeFevrier acabó muriendo de hipotermia ese mismo día de 1989 mientras, en alguna radio del hospital, sonaba “The look”, de Roxette o “Another day in paradise”, de Phil Collins, o algo igualmente horrible. Pero podría haber sido peor, Jacques. Podrías haber muerto en España, donde el pescador, un infraser de Barbate, te habría provocado el tétanos, tras robarte la cartera, para acabar agonizando en un pasillo de hospital, entre veraneantes borrachos, abuelas con insolación y una familia de Getafe con salmonella, con la vida escapándose de tu maltrecho ser mientras, atronando con su aparato de radio, las chiquitas de la recepción mueven el cucú al ritmo de “Nada cambiara mi amor por ti”, de Glenn Medeiros, que pegó fuerte ese año.

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Comments:
Una vez, no se si en anti todo o aqui, BenPuta publicó un articulo sobre los gafes, creo qeu este hombre encajaria bien en esa descripcion, si no fuera porque la cosas malas solo le pasan a él.
 
Benputa, Benputa, siempre Benputa...dios, la eterna comparación! vais a conseguir que acabemos rivalizando
 
Ben Puta contra Von Julius. Suena a combate en El Alamein.
 
O a Dos tontos muy tontos
 
No se enfade usted donju, a usted tambien le queremos mucho pero es usted una persona ehm, como diria yo sin ofenderle, normal? dentro de los parametros de la cordura? , y los lectores habituales necesitamos algun parametro raruno para poder digerir la informacion.

Pero de todas formas a todos nos gustaria el ansiado enfrentamiento entre burguesia urbana madrileña y burguesia rural vasca.

España en estado puro
 
Y si ademas tuviera usted un blog propio ganaría mucho
 
te tientan, juli, resiste
 
Le falta la rabia psicótica, probablemente inducida por el abuso de sustancias ilegales, de Benputa para obtener las aclamaciones de la chusma sedienta de sangre y rebeldía bloguera.
 
en el clavo
 
Sssurdo?
 
¿No acaba de manifestarse, eh? Llámenme, que les resuelvo el asunto por un módico estipendio
 
Pues qué wey tan pendejo, se hubiera amarrado dos piedras, justo por si pasaba eso.
 
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