Pegamin

¿Que no la habeis visto?. Joder, pues vais siendo los únicos. Esta muy, pero que muy guapa. Creo que hay muy pocas películas que haya visto tres o cuatro veces seguidas del tirón en los últimos tiempos. Y eso que en esta película no se cuenta nada. No hay historia.

Napoleon Dinamita es el relato casual de los días de un muchacho en un pueblo perdido de Idaho, Preston. Napoleón es un chaval adolescente que no tiene formación intelectual y que vive en ese sitio anodino, dejado de la mano de Dios y del Hombre. Un retrato, que se diría, conjunto con el de los numerosos amigos, familiares y enemigos del prota.

En toda la película no se dice una palabrota, salvo los eufemísticos "dang!", "gosh!", "jeez!" y etc. No se ve sexo y mucho menos se habla de ello, salvo veladas alusiones. No pasa nada, nadie muere, a nadie le deja la novia. Ni siquiera hay violencia extrema. Nada.

Aún así es tan divertida que no puedes sacarte de la cabeza situaciones, expresiones y personajes durante varias semanas. Supongo que por la fuerza de la sinceridad. O algo.

Napoleon Dinamita es una película rodada en 22 días, con poca pasta y entre colegas. Con estos mimbres se suelen hacer horrores, pero a veces sale algo tan espléndido como esto. Está rodada en el mismo pueblo que el director y su novia, Jared y Jerusha Hess, querían retratar. Muchos de los escenarios y personajes están sacados de sus recuerdos adolescentes. Napoleon es, en palabras del director, como el era antes de irse a la universidad, mientras vivía en su pueblo. Deb, la chica, es obra de Jerusha, reflejándose a si misma.

Solo con ver los alimenticios créditos iniciales, ideados por el actor Aaron Ruell (Kip, el peculiarmente chulesco y cabroncete hermano treintañero de Napoleon), uno se espera que vá a ver algo fresco, inmediato y que, de alguna manera, vá a gustar. Pequeños detalles, que es lo que tiene esta película, millones de pequeños detalles que solo pueden salir de alguien que estuvo allí y quiere contarlo. Pequeños detalles que ya forman parte de esa máquina de devorar que es el público americano. Porque Uncle Rico, el carnívoro tío de Napoleon (el, en realidad vegetariano (escupía los cachos de filete despues de cada escena), Jon Gries), Kip, LaFawnduh, Pedro y Deb son ya de esos personajes populares de los que la gente utiliza en sus conversaciones ordinarias.

De alguna manera (quizas por la producción artesanal y llena de ilusión) la película logra una conexión de puta madre entre las formas y el fondo. A traves de la narración de varias escenas y de la caracterización de los personajes llega a comunicar algo. A mi, particularmente, me recuerda a cuando yo era un chavalín y vivía en mi propio mundo imaginario, completamente desconectado de la realidad. Como Napoleon, yo hacía miles de dibujos completamente horrendos, incluso valiosos por su completo caracter anestético y desproporcionado. Pero dibujaba heroes bizarros, naves espaciales, animales mitológicos... mi mundo imaginario era ese. Las referencias estéticas eran cogidas al vuelo, sin reflexionar sobre ellas. No pensaba si a la gente le molaban o no, a mi sí. Ya estaba. "Gosh! Whatever I feel I want to do!!".

Incorporaba a mi vestuario prendas absolutamente disparatadas, que me hacían sentirme mejor uniformado para la vida en mi mundo. Napoleon lleva sus botas de andar por la luna, yo llevaba mis katiuskas del espacio. Por cierto, las camisetas de Napoleón son ya un referente estético. No es extraño ver a un individuo en la quinta avenida con la camiseta de "vote for Pedro".

En cuanto ves la película enseguida te das cuenta de que toda mitología está justificada. Es una película de culto. Aunque, hoy en día, eso signifique que guste a mucha peña, aunque ojo, no a la Masa. Tiene todos los ingredientes para ello. Sus frases. Su vocabulario. Las coletas cambiantes de Deb. El estoicismo humorístico de Pedro. Tater Tots. La máquina para viajar por el tiempo. El disparo a la cabeza vacuna (por cierto, basado en una anécdota real que pudo ver Jared Hess en su infancia). El empanamiento de Napoleon (que bien está John Heder, que luego resulta que sin la permanente es un chaval normal, hasta guapo) . Los llaveros trenzados. "Built her a cake". "Girls love guys with skills". La bicileta Sledgehammer. El Rex-Kwon-Do ("...and the wisdom of a man!!". El ligre. "Do chickens have large talons?". El Club Happy Hands. La piñata. "I´m making some sweet moola with Uncle Rico". La vajilla de plástico Nu-Pont. LaFawnduh en si misma... y más y más cosas inenarrables que hacen que un mitómano tenga para alimentarse durante semanas.

Pues eso, olvidaros de vuestra épica diaria, de vuestro "¿qué diran?", de todo con lo que os habeis vestido para poder gustar a las mujeres, de todo el falso amor por vuestra amadísima y perfecta familia, de vuestras estúpidas aficciones y daros una vuelta pero ya por Preston, Idaho.

P.D.: No os olvideis de ver la película en V.O., todo lo demás sería un sacrilegio.
Y de dejar pasar los títulos de crédito.