Pegamin

Sé que como lectores enfebrecidos de Pegamín ustedes gozan, lo mismo que yo, de la literatura al más alto nivel.
Y esto es solo una pieza magistral de puto oro, un champiñón del Super Mario hecho libro. Solo comernoslo nos hará más grandes y nos prevendrá de futuros peligros.

Un libro no poco bueno.

Antes de estipular los contenidos hay que decir que esto está escrito tal y como le salió del nabo al deforme radiador liberal. Cosa comprensible si se arguye que se fabrica cuatro mil trescientos sesenta y cuatro libros al mes, algo más que meritorio. Podemos desterrar de entrada la utilización de negros y de aleatorios simios tecleantes como los que usamos en Pegamín. Sabemos, por eso nos lo hemos comprado, que esto es una auténtica pieza de mierda manufacturada por el propio historiador y musicólogo. Hay que insistir en el rollo de su redacción, porque contiene la expresión cuantitativa antitética "no poco" y su variante: "no escaso" tantas como 748 veces. Lo cual está no escaso de guapo.

Asimismo, la aseveración de que los masones captan a sus fieles mediante la promesa de "ascenso y mejora de las relaciones sociales y un supuesto conocimiento esotérico y ocultista" se incluye 374 veces en el libro. Con lo cual podemos decir que este libro consta de una configuración argumental en taburete. ¿Se le puede pedir algo más?.

Si, un regusto a manual de los Josefinos, a Guía de Conducta del Buen Cristiano aplicada a una materia concreta y ante un fenómeno definido. Un estilo hecho para nosotros, ardió ya nuestro cerebro en pegamento, que buscamos perennemente pastores y orientación en este mundo confuso donde a estas alturas casi nada coloca.



Las Conexiones del Mal.


A mí, para ser sincero, no me intrigan mucho los masones. ¿Matan niños?. ¿Realizan cultos sacrílegos en honor de Astaroth donde se lamen sustancias alucinógenas de la vagina de mil vírgenes?. ¿Acuden en masa a quemar a sus enemigos?. ¿Te hacen vestirte de gilipollas con nueve años para que te comas una hostia?. Que vá. Lo único guapo que le encuentra Cesitar al asunto es que son arteros enemigos de la Iglesia Católica.


Intrigantes y, esto le jode un poquito, también algo ligones. Y no hay que olvidar su conexión con Aleister Crowley (en la página más apasionante y brutal del libro) el famoso satanista del siglo XX relacionado, ¡no jodas!, con la desaparición de unos chavales en las proximidades de su conventículo de Thelema.
Venga tronco, cuentame como se comió sus corazones delante de sus ojos o calla. Luego ya, aparte de que nos hemos dado cuenta de que los masones no son tan chungos, el libro pierde en intensidad. Que si Casanova era masón y era muy vago y un pillador, que si nosequién de los napoleones también. Que si Riego y que si bla, bla, bla. Total para concluir que todos los males de la Humanidad (la izquierda y la democracia) son culpa de los masones. El eterno continuismo del discurso de regímenes hoy desfasados disfrazado, ahora que pega fuerte, de rollo historicista. Desprestigio intencionado y barato de nombres a los que le interesa desprestigiar, datos velados a conveniencia, pasados sistemas políticos glorificados y el chollo, el inmenso chollo, de haber descubierto por si solo, y de descubrinoslo a nosotros, que el socialismo y las revoluciones que han asolado el mundo desde hace tres siglos han sido igual o peor de criminales que los criminales que había antes. Por lo tanto, Cesar se reafirma las gafas sobre la nariz, debemos concluir que aquellos criminales eran mejores, porque son los nuestros de toda la vida.



Y, luego, a Cesitar hay algo que le canta. Es una impresión, es un resquemorcillo que se le nota. Es esa cosa que le sale del alma. ¿No habeis ido a clase nunca con un completo gilipollas, con un saco de mierda, un patán y un inútil con gafas y sobrepeso y apenas habilidad mental para excusarse por todo ello?. Ese tipo que un día pilla el Scalextric y se hace un Dios del circuito, y, vale, es el gilipollas de siempre, pero ahora mola jugar al Scalextric con él porque tiene a saco de callo y se ha montado pieza a pieza una reproducción del de Mónaco, y como vé que al fin gana en algo y se le respeta empieza a pillar moral y hasta se hace de la pandilla con la tontería y se paga unas rondas y luego hasta se echa novia, fea pero válida, y luego el tipo desaparece del mapa con su Scalextric y su novia.

Pues Cesar es tipo así, pero su Scalextric es la Historia, su coche de carreras es la derecha y todavía no tiene novia.