Pegamin

De como la indumentaria de unos ídolos musicales puede hacer que a uno le pierdan el respeto en su barrio.


Donde se cuenta que todos los (casi todos) los adolescentes tienen un Angel de la Guarda 24/7 que se cubre de gloria el fatídico día en que estos, con una foto de una publicación especializada en música en la mano, proponen al peluquero de la esquina: "quiero que me hagas esto" (o quizás el mérito es del Angel de la Guarda del peluquero...o el del padre del/la adolescente).


Para que alucinen, se arrepientan o suspiren alividados si algo de lo que aparece aquí parece hurtado de su álbum de fotos privado.


Las pintas del pop y el rock. Sin tapujos.


Por una juventud libre de laca.





Kajagoogoo & Limahl


Reuniendo las peores pintas de los 80, un sonido infame, un frontman más que impresentable (Limahl...sí, ese Limahl que ustedes aman) y uno de los nombres más gilipollas del synth blandengue: Kajagoogoo (alteración de los sonidos que, se supone, hace un bebé en sus primeros meses de vida - Ga-ga-gu-gu) metían una pinta ideal (ideal para que les saquemos aquí y, también, para avergonzar a sus parientes y amigos). Ni siquiera me voy a meter a hablar de lo buenos o malos músicos que eran (que eran más bien malos y, si no, recuerden a ese Limahl en la BSO de "La Historia Interminable"). Estoy aquí para analizar su estilismo, sus ropajes y sus imposibles peinados. Veamos.



Vaya tela, amigos. Peinados palmerita, degradados, mucha decoloración, colores manieristas y combinados con extraños adminículos (¿qué cojones lleva en el pelo el joven que ocupa el centro de la composición? ¿borlas? ¿bolillos de encaje?). Visto ahora en perspectiva, no deja de ser penoso que a unos pobres veinteañeros, sin apenas luces, les coloquen estos disfraces o experimenten con su pelo de manera tan falta de escrúpulos (calvos a los 30, fijo). Y si lo han elegido ellos es que su familia y su entorno eran disfuncionales al 120%. Miren la chupa de Limahl: es de color naranja forrada en fucsia. Dos colores que, por separado, son agresivos y dañinos para el ojo humano y al combinarse transforman algo tan anodino y común como una honrada cazadora en un arma de destrucción masiva y en un zarpazo para la psique.



Sapristi! Qué colorido en fondos y vestimentas! Qué profusión de tonos cálidos! Qué de lipstick y eye-liner! Y qué modoso que es nuestro Limahl...que se come la cámara el jodíoporculo! Qué puedo decir? Miren (aunque no muy fijamente, como cuando se mira al sol) y saquen sus propias conclusiones.

Recuerdan lo que les decía del maltrato al cabello? pues el jovencito de la derecha del todo, el dado de estos Parchis de synth-pop, ya apuntaba en esta foto unas entradas como las de Luis Tosar...por cierto, miren disimuladamente y sin cantearse y díganme si no lleva de nuevo esos extraños adornos colgando detrás de sus orejas....


Pobrecicos, y cómo se ríen los angelitos.

Pronto dejarían de reír. El éxito y todo lo que este conlleva hace crecer las tensiones, los egos y los peinados y solapas y en menos que canta un gallo me ponen de patitas en la calle a mi Limahl de Todos los Santos. ¿Tal vez esto le haría recapacitar, vestirse de persona normal y hacer música decente? Ni de coña.


El menda erre que erre. Instalado en un peinado que es como de divorciada alemana meet Julia Otero, más pintado que una puerta, poniendo carita y hecho un modosote, Limahl tendría su momentito de gloria con el tema "Neverending Story", un pedazo de hit para la película homónima basada en el libro que ya ustedes saben, producida por Giorgio Moroder. Después de esto, no se comió un colín (en lo musical, al menos), llegando a sacar un disco que solo se publicó en Alemania! (debe ser por lo del peinado). Aunque, a día de hoy, nadie sabe a que se dedica, en temas de moda y estilismo aún nos sigue dando sopas con honda a los simples mortales. Para muestra, un botón.

Etiquetas: Blandenguerías y tonteces, Juventud: divino tesoro, Una posguerra os daba yo