lunes, 19 de mayo de 2008
Fabulosos Vehículos de Ficción XV: Hellcycle -motorista fantasma-
A principios de los setenta tuvo que haber una conmoción entre todos los seguidores de superhéroes que asediaban semanalmente los kioscos de Norteamérica en busca de nuevas emociones. El motivo, la aparición de un ser cuya cabeza era una calavera llameante, que montaba una impresionante motocicleta y que atendiendo al título debía ser un fantasma -y por la expresión de su rostro-, con muy mala hostia, lo que le alejaba bastante de esos otros superhéroes con mallas de colorines o pijo-adinerados con docenas de gadgets animados. Este era el antihéroe indicado para darle rienda suelta a nuestro lado oscuro, terrorífico y misterioso a la vez.
Hace un par de años tuvo su propia adaptación al cine, con un resultado bastante digno y aceptable para lo que hay por ahí. La clave del éxito puede que fueran, el actor elegido como motorista, el irregular Nicholas Cage y por supuesto la moto en sí, la Hellcycle, que si fuéramos unos capullos traduciríamos como infiernocleta. Nicholas es un gran amante de los tebeos -hace poco vendió su colección por un porrón de billetes- de hecho cambió su apellido verdadero, Coppola, por el de Cage, en homenaje a Luke Cage el superhéroe negrata del ghetto.
Hellcycle es una especie de custom chopper, tuneada en el infierno, con dos grandes ruedas de fuego, un motor V2 con calaveras estampadas en los cilindros, una interminable horquilla que termina en una punta de lanza y un manillar que asemeja la cornamenta del mismísimo Belcebú, que dio el visto bueno personalmente.
La historia cuenta que el protagonista, John Blaze, que trabaja en un espectáculo de motos acrobáticas, hace un pacto con el diablo para conseguir que su padre sane de un cáncer incurable. El demonio engaña a Blaze -ya que tras salvar a su padre del cáncer, lo mata en un aparatoso accidente- y consigue inroducir en el cuerpo de éste a un espíritu maligno llamado Zarathos que por la noche se encargará de realizar trabajos mercenarios para el gran Mefisto. Ataviado con su inseparable chupa de cuero cruzada, una cadena/latigo de fuego, hellcycle y el poder de su mirada infernal que consigue que los criminales experimenten el mismo dolor que hicieron pasar a sus víctimas, Ghost Rider el motorista fantasma, impone su ley en la noche, con una particular forma de implantar justicia que hará las delicias de todos los cock-rockers, hells angels, moteros, rockers, punkis, jevis y sinverguenzas que pueblan el universo.
Asaré mi mejor cordero en tu honor y todo será regocijo y aleluya.
Si eres Darío enseñanos las patazas esas de correr.
Darío no entra aquí ni aunque le hubiera dado una pájara; y aún así, mañana se le pasaría y volvería con sus maravillosos cofres de Journey y Marillion, y aquí no ha pasado nada.
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