lunes, 4 de agosto de 2008
Iconos Pegamin: 2 Tone
Con los sellos discográficos pasa lo mismo que con algunas editoriales: a uno le gusta casi todo el catálogo, así, de primeras. Haz el ejercicio de pensar en las que más te gusten: Valdemar, Stax, Anagrama, Fontana, Penguin Books, Gigamesh, Motown, Decca, Reservoir Books, Stiff o Marvel. Por supuesto, puede que alguna referencia no te cuadre, que algún autor se te atragante o que alguna portada te parezca más fea que los calendarios de Cáritas pero, en general, lo que ofrecen son como pequeñas piezas de puzzle que tienen la forma adecuada para encajar en el troquelado de tus gustos. Puede que tu alma gemela seleccione los libros sobre los que apoyas el vaso de agua, que seas un monolito musical que solo compra lo que saca tu discográfica de cabecera o que a tu puta madre le pagan el salario con la colección Fábulas de Tusquets. O a lo mejor es que quedan bonitos en la estantería, con los lomos a la misma altura y el número de colección correlativo. O es que mola decir que solo consumes referencias de Vampisoul, porque eres tan moderno que si te soltaran en los 70 te harían dj residente en el Pub Seis Peniques. El caso es que el fenómeno existe y yo soy un cronista de mi tiempo...de mi tiempo libre, vaya.
2 Tone (nada que ver con el nuevaolero y powerpopero Tommy) es una de esos sellos que a mí me cuadran a grosso modo (también, es que en Pegamin no existe otro modo que el grosso: aquí somos de morcillo y no de carpaccio).
Como decía, 2 Tone ( o Two Tone) es un sello inglés, de finales de los 70, y está especializado en ska (en british ska, para ser exactos) y, en su momento, fue la casa madre de gente como The Specials, Madness, The Beat (es obligado volver a aclarar, una y otra vez, en un bucle cansino, que no son los de Paul Collins -que qué cojones iban a pintar aquí, por otra parte-), The Selecter o los Bad Manners, entre otros (también contaban con una segunda división muy aparente formada por gente como Rico Rodríguez, The Apollinaires o The Bodysnatchers)
Este sello fue el principal impulsor de eso tan querido por la prensa musical inglesa de todos los tiempos: la etiqueta. Concretamente, Two Tone, fue encontrado culpable de protagonizar "la segunda oleada del Ska" y condenado a compartir párrafo, para siempre jamás, con la frasecita de marras.
En el caso del sello que nos ocupa, casi podríamos hablar de la música que lanzaban como un género musical, el 2 Tone, como ocurría con Motown, y llegar a la conclusión de que lo suyo era una mezcla de ritmos jamaicanos: ska, principalmente, y rock steady, con unos toques de reggae, añadiéndole buen pop inglés y mezclándolo muy bien con la rabia del punk, lo que siempre es el medio graso ideal para cocinar este tipo de platos. El resultado, como no podía ser menos con ingredientes de calidad, tenía buena pinta y un sabor estupendo. Este sonido es, quizás para muchos, el referente cuando se habla de ska y la verdad es que Madness se parece al ska clásico de Prince Buster tanto como a los terribles Ska-P. Si bien no es ska genuino (no deja de ser un ritmo más acelerado y crudo que el original, con aportaciones british y con un background punk clarísimo) lograron dar con un sonido bueno, una estética interesante y su aportación es más positiva que negativa. Posiblemente se podría decir que han sido la batidora que ha posibilitado que más de un niño melindroso haya consentido en incluír el ska ( o este sucedáneo de 1ª calidad ) en su dieta habitual.
2 Tone se originó (o, al menos, la gran mayoría de sus grupos son de allí) en la zona de las West Midlans inglesas (con los principales focos en las ciudades de Birmingham y Coventry). Una vez que el sello empezó a funcionar ficharon a bandas londinenses como Madness, Bad Manners o The Bodysnatchers aunque siempre conservando sus raíces "provincianas". El fundador del sello, la escena y miembro de una de las bandas fetiche de la segunda oleada del ska, fue Jerry Dammers, teclista de The Specials y antiguo mod, soul boy y skinhead. Dammers era un convencido activista anti-apartheid que siempre se ha distinguido por su empeño en desterrar el racismo e integrar a blancos y negros a través del ska (algunas fuentes apuntan a que esta idea se refleja en el nombre, Two Tone ( o Dos Tonos: blanco y negro), en el logo y en la misma vestimenta que usaba el personal de la escena (trajes en blanco y negro). Lo de Dammers es tan así que incluso, con el paso de los años, se involucró en proyectos como organizar un concierto-tributo a Nelson Mandela por su 70 cumpleaños o, y para esto hay que tener mucho ánimo, acabar fijando su residencia en el barrio londinense de Brixton, una especie de Lavapiés a lo bestia, bastante peligroso y petado de jamaicanos, pakis y morralla de todas las nacionalidades. Como Itziar Bolláin pero a ritmo de ska.
No deja de ser irónico que en un sello tan enrrollado y tan mestizo se les colaran unos Madness que, si bien, musicalmente, son estupendérrimos, las malas lenguas dicen que son simpatizantes de la ultraderecha (no en vano, su conocido frontman, Suggs, compartió piso un tiempo con el angelito de Ian Stuart, neonazi de manual, colaborador del NF y del BNP y fundador de RAC - Rock againts Communism- y de la organización Blood & Honour, uno de los puntales, a nivel internacional, de los movimientos nacionalsocialistas asociados a la subcultura de los skinheads neonazis). Aunque nunca se han pronunciado al respecto a veces han actuado compartiendo cartel con grupos claramente definidos como, cuanto menos, nacionalistas ingleses (como el afectado, e icono Pegamin, Morrissey, siempre dando pinceladitas de british maricona facha con sus "Local Land for Local People" y sus "Sweet and Tender Hooligan"...como a Passolini, las ratitas de alcantarilla siempre le han dado morbo...que se lo pregunten si no a Johnny Marr).
Seguramente, para alguien tan politizado como Dammers, con el punk como gasolina para los motores jóvenes, un avatar contra el que pelear tan poderoso como la Thatcher y con la ultraderecha británica lanzando la caña en el revuelto río de las subculturas juveniles utilizando cebo marca Enoch Powell se debió hacer prioritario contraatacar utilizando el ska y el reggae para ello. Aparte, los punks famosos (pienso en los Clash, las Slits o los Pistols) gustaban de visitar los fiestones de los rastas y a golpe de canutazos de ganja promocionar los ritmos jamaicanos (piensen en lo inmediatamente posterior al reventón del 77: Big Audio Dynamite, P.I.L. o los mismos Police). Debió ser un feedback en toda regla ya que el punk se adornó con dub, reggae o ska y el ska se ensució y aceleró dando lugar al Two Tone y, años después, en un árbol genealógico chungo, degenerando en ese ska de perroflautas y gentes con pantalón morado y pañuelo palestino (cada grupo posterior retorciendo el legado que le tocaba en una secuencia tal que así: The Skatalites-The Specials-The Clash-Kortatu-Ska-P...de los palacios a las cabañas, ya sabéis...).
Como suele pasar, y más en velocísimo medio musical inglés, la moda pasó, los grupos del catálogo se vieron abocados a ganarse el pan trillando la nostalgia, las fiestas populares o el pluriempleo amén de instalarse en los pequeños ghettos de las microsensibilidades de la sub-subcultura, dando paso a una Tercera Oleada del Ska (con gente como unos recomendabilísimos The Toasters), la cuál ya está olvidada, quedando a la espera de una Cuarta Oleada protagonizada por tí, tu puta madre y el Barrendero Pelos dando la enésima vuelta de tuerca a los hits de Laurel Aitken.
Valar Morghulis, cabrones.
2 Tone (nada que ver con el nuevaolero y powerpopero Tommy) es una de esos sellos que a mí me cuadran a grosso modo (también, es que en Pegamin no existe otro modo que el grosso: aquí somos de morcillo y no de carpaccio).
Como decía, 2 Tone ( o Two Tone) es un sello inglés, de finales de los 70, y está especializado en ska (en british ska, para ser exactos) y, en su momento, fue la casa madre de gente como The Specials, Madness, The Beat (es obligado volver a aclarar, una y otra vez, en un bucle cansino, que no son los de Paul Collins -que qué cojones iban a pintar aquí, por otra parte-), The Selecter o los Bad Manners, entre otros (también contaban con una segunda división muy aparente formada por gente como Rico Rodríguez, The Apollinaires o The Bodysnatchers)
Este sello fue el principal impulsor de eso tan querido por la prensa musical inglesa de todos los tiempos: la etiqueta. Concretamente, Two Tone, fue encontrado culpable de protagonizar "la segunda oleada del Ska" y condenado a compartir párrafo, para siempre jamás, con la frasecita de marras.
En el caso del sello que nos ocupa, casi podríamos hablar de la música que lanzaban como un género musical, el 2 Tone, como ocurría con Motown, y llegar a la conclusión de que lo suyo era una mezcla de ritmos jamaicanos: ska, principalmente, y rock steady, con unos toques de reggae, añadiéndole buen pop inglés y mezclándolo muy bien con la rabia del punk, lo que siempre es el medio graso ideal para cocinar este tipo de platos. El resultado, como no podía ser menos con ingredientes de calidad, tenía buena pinta y un sabor estupendo. Este sonido es, quizás para muchos, el referente cuando se habla de ska y la verdad es que Madness se parece al ska clásico de Prince Buster tanto como a los terribles Ska-P. Si bien no es ska genuino (no deja de ser un ritmo más acelerado y crudo que el original, con aportaciones british y con un background punk clarísimo) lograron dar con un sonido bueno, una estética interesante y su aportación es más positiva que negativa. Posiblemente se podría decir que han sido la batidora que ha posibilitado que más de un niño melindroso haya consentido en incluír el ska ( o este sucedáneo de 1ª calidad ) en su dieta habitual.
2 Tone se originó (o, al menos, la gran mayoría de sus grupos son de allí) en la zona de las West Midlans inglesas (con los principales focos en las ciudades de Birmingham y Coventry). Una vez que el sello empezó a funcionar ficharon a bandas londinenses como Madness, Bad Manners o The Bodysnatchers aunque siempre conservando sus raíces "provincianas". El fundador del sello, la escena y miembro de una de las bandas fetiche de la segunda oleada del ska, fue Jerry Dammers, teclista de The Specials y antiguo mod, soul boy y skinhead. Dammers era un convencido activista anti-apartheid que siempre se ha distinguido por su empeño en desterrar el racismo e integrar a blancos y negros a través del ska (algunas fuentes apuntan a que esta idea se refleja en el nombre, Two Tone ( o Dos Tonos: blanco y negro), en el logo y en la misma vestimenta que usaba el personal de la escena (trajes en blanco y negro). Lo de Dammers es tan así que incluso, con el paso de los años, se involucró en proyectos como organizar un concierto-tributo a Nelson Mandela por su 70 cumpleaños o, y para esto hay que tener mucho ánimo, acabar fijando su residencia en el barrio londinense de Brixton, una especie de Lavapiés a lo bestia, bastante peligroso y petado de jamaicanos, pakis y morralla de todas las nacionalidades. Como Itziar Bolláin pero a ritmo de ska.
No deja de ser irónico que en un sello tan enrrollado y tan mestizo se les colaran unos Madness que, si bien, musicalmente, son estupendérrimos, las malas lenguas dicen que son simpatizantes de la ultraderecha (no en vano, su conocido frontman, Suggs, compartió piso un tiempo con el angelito de Ian Stuart, neonazi de manual, colaborador del NF y del BNP y fundador de RAC - Rock againts Communism- y de la organización Blood & Honour, uno de los puntales, a nivel internacional, de los movimientos nacionalsocialistas asociados a la subcultura de los skinheads neonazis). Aunque nunca se han pronunciado al respecto a veces han actuado compartiendo cartel con grupos claramente definidos como, cuanto menos, nacionalistas ingleses (como el afectado, e icono Pegamin, Morrissey, siempre dando pinceladitas de british maricona facha con sus "Local Land for Local People" y sus "Sweet and Tender Hooligan"...como a Passolini, las ratitas de alcantarilla siempre le han dado morbo...que se lo pregunten si no a Johnny Marr).
Seguramente, para alguien tan politizado como Dammers, con el punk como gasolina para los motores jóvenes, un avatar contra el que pelear tan poderoso como la Thatcher y con la ultraderecha británica lanzando la caña en el revuelto río de las subculturas juveniles utilizando cebo marca Enoch Powell se debió hacer prioritario contraatacar utilizando el ska y el reggae para ello. Aparte, los punks famosos (pienso en los Clash, las Slits o los Pistols) gustaban de visitar los fiestones de los rastas y a golpe de canutazos de ganja promocionar los ritmos jamaicanos (piensen en lo inmediatamente posterior al reventón del 77: Big Audio Dynamite, P.I.L. o los mismos Police). Debió ser un feedback en toda regla ya que el punk se adornó con dub, reggae o ska y el ska se ensució y aceleró dando lugar al Two Tone y, años después, en un árbol genealógico chungo, degenerando en ese ska de perroflautas y gentes con pantalón morado y pañuelo palestino (cada grupo posterior retorciendo el legado que le tocaba en una secuencia tal que así: The Skatalites-The Specials-The Clash-Kortatu-Ska-P...de los palacios a las cabañas, ya sabéis...).
Como suele pasar, y más en velocísimo medio musical inglés, la moda pasó, los grupos del catálogo se vieron abocados a ganarse el pan trillando la nostalgia, las fiestas populares o el pluriempleo amén de instalarse en los pequeños ghettos de las microsensibilidades de la sub-subcultura, dando paso a una Tercera Oleada del Ska (con gente como unos recomendabilísimos The Toasters), la cuál ya está olvidada, quedando a la espera de una Cuarta Oleada protagonizada por tí, tu puta madre y el Barrendero Pelos dando la enésima vuelta de tuerca a los hits de Laurel Aitken.
Valar Morghulis, cabrones.
Etiquetas: La marca Ska, Pamplinas, Skara la cacatúa
Comments:
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"Suggs, compartió piso un tiempo con el angelito de Ian Stuart", si uno fuese sus compañeros de piso íbamos listos...
bonito post, yo me estaba currando las conexiones kignston-almería y bangkok-parís. lo que nos faltaba, una sección de viajes.
bonito post, yo me estaba currando las conexiones kignston-almería y bangkok-parís. lo que nos faltaba, una sección de viajes.
por cierto, se supone que la culpa (de que punk y reggae se mezclasen) fue de Don Letts que pinchaba música jamaicana antes de los conciertos (y les vendía porros hechos a la escoria adolescente blanca que no sabía liarlos) porque no había discos punk.
bueno, en realidad influirían más cosas pero... LEFAAAAAAAAAAAAAA!!!!!
bueno, en realidad influirían más cosas pero... LEFAAAAAAAAAAAAAA!!!!!
Mola más lo que me salga a mí de los cojones porque la baraja es mía y en mi casa jugamos así y aquí se hace lo que yo diga...y si mañana me da por currarme uno de Belter pues a leerlo, memorizarlo y cerrar el boquino
Julito, tienes a España dividida en 2:
los que piensan que con el tiempo te estas volviendo tonto y los que creen que ya lo eres de nacimiento...
los que piensan que con el tiempo te estas volviendo tonto y los que creen que ya lo eres de nacimiento...
Yo descubrí el rock and roll clásico gracias a una recopilación de K-TEL en musicassette. Todavía la tengo por ahí.
Amigos para siempre
Means you´ll always be my friend
Amis per sempre
Means a love that will never end
Friends for life
Not just a summer or a spring
Amigos para siempre
Means you´ll always be my friend
Amis per sempre
Means a love that will never end
Friends for life
Not just a summer or a spring
Amigos para siempre
Sediam'eu na ermida de San Simón
e cercaronm'as ondas, que grandes son,
eu atendendo ao meu amigo,
eu atendendo ao meu amigo...
e cercaronm'as ondas, que grandes son,
eu atendendo ao meu amigo,
eu atendendo ao meu amigo...
Falso, Bratz está echada a mi lado, fumando un cigarrillo con la mirada aun velada por el placer que le hemos proporcionado mi perro, tu madre y yo.
Una muñeca con cara de puta...creo que pitu pensaba que te referías al juguete y no a la banda vasca
Ah, nada como los ladridos de los anos para animarse y confirmar que pese a todo, uno sigue siendo una persona normal.
Tenéis todo mi trapo. Insultadnos, oh! Poderosos y desconocidos afroditos.
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Tenéis todo mi trapo. Insultadnos, oh! Poderosos y desconocidos afroditos.
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