Pegamin

Macarra macarra. Y de color champán. Tiene el volante a la derecha. Se mueve por las calles de Manchester tirando cubos de basura, haciendo trompos y derrapando con onomatopeya ("iiiiiiiiiñññññgggggggiiiiiiiiilllllllllll") en plena efervescencia glam: el Ford Cortina de Gene Hunt. Se trata de un modelo muy vendido por la Ford británica y que se construyó desde 1962 hasta 1980, en 5 diferentes combinaciones (de Mark I a Mark V), siendo la más molona precisamente la que nos ocupa: el Mark III.


Un coche setentero a más no poder, con un punto muy maqui y toda la pinta de poder cargarse, él solito, la biosfera un par de veces (amén de que debía tragar más sopa que un Eurofighter). Inspirado en los pepinos que salían de las cadenas de montaje de Detroit es el modelo más grande y potente de todos los Cortina.



Si los perros se parecen a los amos y dos que duermen en un colchón acaban siendo de la misma condición, el coche de uno, siendo una prolongación artificial y en color metalizado, full equip, del pene, debe definir a su propietario.




Por tanto, podríamos decir que el pene del jefe de policía Gene Hunt, de la serie de la BBC "Life on Mars", es desabrido, bastante macarra, políticamente incorrecto, de aceleración y frenazo y, es un suponer, lleno de arañazos y abollao (quizás, quién sabe, también hace ruído al derrapar). Lo que es constatable, si ven la serie, es que, al igual que su buga, el jefe necesita, constantemente, llenar el depósito con combustible (whisky y pintas de cerveza como para una Fiesta de la Primavera).



Pd: hace poco, leí por ahí, han subastado en Ebay.uk el Ford en cuestión, tras finalizar la serie en su segunda temporada. Algún pajero, ya saben.

Etiquetas: 1973, Eres el rey del glam, Polisía corrupta

Estoy muy feliz con la doble irrupción de HOUSE: episodios nuevos (con promesa de retorno -según comentó alguien aquí- de la Zorra Implacable, mi chica favorita de la serie junto con Cameron) y anuncios de tónica.
De pronto, he recordado cómo en los 80 SCHWEPPES dio su primera gran campanada publicitaria con aquella magnífica serie encabezada por el francés Bernard Le Coq, ya abocado hasta su muerte a ser EL HOMBRE DE LA TONICA.
De nuevo volveré a pararme ante un spot tras años de masivo zapeo y huida de la hidra publicitaria. Creo que en los últimos tiempos sólo he seguido ese de café expresso con Clooney (al que me aficionó la osita -al anuncio, no al café: es curioso que mis spots preferidos sean de productos que no me gustan como la tónica, el café o la MIRINDA - con aquel spot del 76 con el teleñeco tragamirindas, parodia del monstruo de las galletas, que yo visionaba en pleno éxtasis de adicción a los peluches de SESAMO ST-).
Por aquellos mediados 70 también recuerdo uno con Fernando Fernán-Gómez y Manuel Aleixandre que me causaba una especial delicia cuando el primero le espetaba al segundo un rotundo "¡DESGRACIAOOOO!" preludio de exabruptos posteriores en la vida real. No logro fijar lo que anunciaban (¿prendas de abrigo? ¿una estufa? algo relacionado con combatir el frío...). En el fanzine KAKA DE LUXE hice un pequeño homenaje a ese spot en una viñeta bastante enrevesada.
La verdad es que hay tantos anuncios entrañables... La neumática Silvia Aguilar también alegró aquellos 70 en una serie promocional de algún producto de higiene íntima que dirigió Armiñán y donde, paradójicamente, pudo ejercer su talento como actriz mejor que en muchas de sus películas donde sólo se le exigía mostrar chicha y punto.
Hoy la publicidad es reflejo de un entorno que cada día me resulta más repelente y ha perdido su encanto para adquirir ominosas auras de antiutopía. Son raros los spots que nos devuelvan a aquellos clásicos del pasado, que nos seduzcan con un minuto o minuto y medio más grandes que la vida...

Con seis ruedas, el pop transformado en carrocería y de color rosa-chicle, el FAB 1 es el coche que Mario Vaquerizo merecería tener. Se trata de uno de los Rolls-Royce más petardos que en el mundo han sido y que ni el mismísimo Keith Moon se hubiera atrevido a meter en la piscina entre otras cosas porque el FAB 1, al contacto con el agua, se transforma en un hidroplaneador de primera. Y no solo eso: ametralladoras, generadores de humo, lanzadores de arpones, cañones y propulsión a chorro que harían que Mario llegara en un pispás a mamporrear a la Pataki o a currarse un playback actoral con el grupo de su señora. Pero, lamentablemente, y aunque Vaquerizo sea también una marioneta femenina con la cabeza gorda, el FAB 1 ya tiene dueña: Lady Penelope Creighton-Ward, agente en Londres de Rescate Internacional y uno de los personajes principales de Thunderbirds, la serie de aventuras con marionetas hecha para niños y pajeros like you.



Nuestra heroína, como un Bruce Wayne o un Subcomandante Marcos, es de la alta sociedad pero no duda en arremangarse las enaguas para meterse, hasta su mismísimo cuqui de cartón piedra, en las cenagosas aguas del espionaje internacional y el rescate de personas humanas asistida, eso sí, por su mayordomo y machaca Aloysius "Nosey" Parker, chófer experimentado, experto mecánico, guardaespaldas y lo que se tercie. Porque uno se mete en berenjenales buscando emociones fuertes, sí, pero con clase y toda suerte de comodidades. Estaría bueno.

Etiquetas: Coches mariquitas, Mucho tiempo libre, Thunderbirds are Go

"Llegaremos a poder construir máquinas con las cuales podremos impulsar grandes barcos con mayor velocidad que toda una guarnición de remeros, y con las cuales sólo se necesitará un piloto que gobierne el barco; impulsaremos carruajes con velocidades increíbles, sin la ayuda de ningún animal y construiremos máquinas que, por medio de alas, nos permitirán volar en el aire, como los pájaros" (Roger Bacon, en el siglo XVIII)



El hombre es vago por naturaleza. A la que tiene un ratito libre se vierte en su sofá de skay y horizontaliza su actividad, ralentizando su biorritmo a la vez que relaja los músculos. Mientras, onomatopéyicas zetas en negrita y Arial 50 salen de su boca y nariz, a la vez que una densa baba, capaz de arruinar el adamantium, fluyendo libre, en torrente, erosiona sus facciones. Ésta ( junto con el sexo guarro, la droga y el futbol -nótese que estos cuatro pilares del ocio se pueden desarrollar desde sus triclinia-) es la actividad favorita del ser humano desde que el mundo es mundo. Y es a través - y por, para, según, so, sobre y demás preposiones - [la molicie] de esta situación [el sillónball] por lo que las civilizaciones dan [el cuerpoperro] un paso de gigante alejándonos del bucólico [el descanso del guerrero] y pastoril Neolítico y acercándonos [la horizontal] a la sucia, mugrienta [la siesta] y ruidosa Revolución Industrial.




Me explico.



Prisionero de su sofá o esterilla, el ser humano maquina como trabajar menos y realizar el mínimo esfuerzo físico. Imaginación, ensueño y vaguería propulsan su mente. De pronto lo ve: la rueda. Fundido en negro. Un mundo en amarillo pollo. El zoom inverso nos demuestra lo equivocado de nuestra percepción: ese mundo alienígena se transforma en algo más conocido pero no menos inquietante: un Renault Twingo. La magia de blogger (y la mentada vaguería que, parafraseando al pequeño maestro, fuerte es en Don Julito) nos ha permitido viajar del punto de partida a la meta saltándonos miles de años de evolución y de historia (esa vorágine de ruido alrededor de unos pocos hechos, que diría Nietzsche).



¿Nos interesa la evolución del vehículo? ¿Queremos analizar con nuestro equipo de antropólogos, sociólogos, historiadores, ingenieros, filósofos y un licenciado en Filología Arabe la incidencia de los medios de locomoción en la geografía humana? Ni una cala, amigos. A usted, a mí, a fulano, a mengano y a zutano nos la suda el como y el porqué. Sobre todo a mí. Toda esta chapa mal escrita (y peor digerida, seguramente) es para presentarles una nueva sección de uno de los blogs más exitosos de la red de redes: Fabulosos Vehículos de Ficción...en donde se cuenta como nuestros personajes favoritos de la ficción más o menos friki se ayudan de distintos medios para moverse sin cansarse mientras en un extraño bucle metagilipollas toman vida en nuestra cabeza convenientemente descansada en un cojín.

Abróchense los cinturones

Etiquetas: El buga, Mi carro me lo robaron anoche cuando dormía, Yo solo lo hago en mi coche

«La mayor delicia de Pombo es que cada vez se han ido apartando de él los que llevan torvos pensamientos entre ceja y ceja, los antipáticos de nacimiento, los cuervos que se reúnen en bandadas en cuanto encuentran cobijo que los resista, los simples que creen en todo lo que oyen, los badulaques que quieren medrar, los que gustan de verse unos a otros, como animándose en sus odios comunes y en desahucios personales, y los misteriosos cuyas miradas de connivencia sorprendo y a los que persigo hasta ahuyentarles porque lo peor que tiene la bastardía sobre su suciedad y su baja obsedancia es la deslealtad en que vive y la falsedad que cabe suponer a todos sus móviles e inspiraciones.

Con esta despedida de los molestos, Pombo tiene días de extraña algarabía que alzan los que se reencuentran en lo desinteresado y días de pura soledad, esa soledad a que llega siempre el buen escritor en España y que es condición segura de modesta bondad, de voto de pobreza final salvando su disparidad como única riqueza.

A esa soledad de Pombo llegan los sencillos y los locos, esos locos españoles que son los últimos románticos de España y que tienen un seguro instinto de orientación en su locura.»

(RAMON GOMEZ DE LA SERNA)

Justo ayer acabé de leer el POMBO ramoniano. Me lo dejó Charlie (libros así sólo los puede dejar un amigo) y, aunque soy asiduo lector de Ramón desde finales de los 90 (con éste llevaré unos quince títulos -son de los últimos volúmenes que compré cuando todavía tenía dinero y espacio para guardar libros-), no conocía de primera mano esta su obra más celebrada. Lectura más oportuna, imposible (tanto por razones de fondo muy jondo como por otras más anecdóticas -como toparme, en el capítulo dedicado a los banquetes, con que las jamonadas, esas jamonadas que tanto gustaba de organizar mi adláter corazonesco Carlos Aguirre, ya estaban inventadas por Ramón-): esta bendita sincronicidad jungiana, que hace que ocurran las cosas en su momento y su lugar.

Supongo que en el staff de este blog habrá quien ya haya catado y requetecatado el libro. Yo recomendaría justo en estos momentos repasarlo y, a quien no lo conozca, descubrirlo. Entre la cripta pombiana y la caterva de titanes hay (o debería haber -más que nada, para mejor salud de la caterva-) muchos y firmes lazos.

«Somos pocos los que nos seleccionamos y seguimos compartiendo, avizorados y bohemios, nuestra vida y nuestra muerte.

No vale ninguna añagaza contra las cosas en que hay buena fe o inspirado desinterés.»

(RAMON GOMEZ DE LA SERNA)

"Los condensadores se han unido a las bobinas,
sufro en propias carnes sus descargas asesinas.
Estoy siendo acorralado por 200 resistencias,
en el mundo del amperio ya no existe la clemencia"

Los Nikis




Vivimos rodeados de cosas maravillosas que hace tan solo unos años pertenecían solo a la imaginación de los más atrevidos visionarios: automóviles absurdamente gravados que requieren miles de revisiones y permisos y que se estropean anualmente, conexión a una Red Global que se interrumpe aleatoriamente y/o al antojo de una Mega Corporación, técnicas médicas que utilizan la capacidad de los ordenadores y la visión artificial para apreciar mejor como los médicos son impotentes para curar el resfriado común, televisión digital terrestre para ver mejor la misma mierda de antes, bienes de consumo sumamente endebles y cutres producidos industrialmente y al alcance de todos, hornos microondas que preparan al instante todo tipo de alimentos hasta logar una especie de ardiente pasta plástica, aplicaciones informáticas carísimas y que nunca sirven para el propósito específico que las necesitas, etc, etc...

Toda esta deslumbrante cornucopia opaca uno de los mayores hitos del Hombre: La electricidad. Faraday, Maxwell y compañía nunca se imaginaron que su trabajo iba a hacer bailar a tanta gente. Desde aquí quiero dedicar un pequeño homenaje a este divertido fluido, y al avance de la Humanidad en general.

Reportero electrocutado en directo en la tele brasileña



Tres personas se suben a un palo de la luz en Iran con consecuencias imprevisibles



Un chaval experimenta el poder del amperio.




Los animales también quieren rock'n roll


Información comercial para el fomento de la electricidad.





La Electricidad al Servicio del Bien. (Es real)



La Electricidad al Servicio del Bien, versión portátil (pero igualmente efectiva)



Finalmente, una alegre oda al etéreo fluido.

La vemos de pronto en la tv o se nos ocurre alquilarla en un videoclub sin apenas referencias (tal vez por ese actor o esa actriz -que presumimos, bien por la carátula, por la sinopsis de contraportada, por el título, envueltos en una historia anómala con respecto a su trayectoria usual-) o un amigo nos la recomienda de boca a oreja. Es una obra menor, según los rangos convencionales de promoción y atención de las audiencias, pero soporta estupendamente la prueba de fuego de una y otra y otra revisión. Argumento sórdido, desesperanzado, acre, por lo general. Con un reparto bisoño o en decadencia que da lo mejor de sí como recogidos en un momento mágico, fuera de las vanidades profanas del frenesí angelino.





Esa actriz que nunca nos dijo nada de pronto nos conmueve y nos resulta creíble. O esa otra nos sorprende con un registro dramático al que no nos tenía acostumbrados. O de pronto recordamos dónde nos fijamos por vez primera en ese actor pelirrojo que tanto nos encandila cada lunes por Tele 5. O cuándo descubrimos al señor Lobo. O en qué momento(s) el hermano de Julia Roberts nos empezó a parecer uno de los mejores y más desaprovechados hijos de Hollywood. O el mejor papel de Dennis Quaid.





Los directores no son famosos. Hay que tirar del IMDB para controlarlos. A veces descubrimos que han hecho más de una película que nos atrapó. Pero son un secreto. Un mito privado para compartir de boca a oreja. Como diría Xabi evocando a Ellroy, muy hush hush...

Peg, la hija del conguito nazi Amin dadaista, se quedó impregnada del viento solano. A suivre...

¡SQUA FRONT, SPA DRONT!

Di-di-digan lo que digan, Pegamín nunca ha molado. En el pegamin nunca se ha hablado de cosas interesantes. En el Pegamín nunca ha habido linea editorial, ni grupos de presión. En el Pegamín nos follamos a la opinión pública y la dejamos embarazada. Y eso que la dimos por el culo. En el pegamín nunca ha habido descerebre, sino sentimiento. Porque somos así.

Di-di-digan lo que digan, en el pegamín nunca ha habido sentimiento, sino símbolos fálicos. En el pegamín todo es tan fálico que hay que mirarlo desde un lado de la pantalla. En el pegamin nunca se sabe por donde se va a salir. En eso somos un poco punkis, don Marciano, no se vaya usted a creer. En el pegamín creemos en Dios. Y creemos que se hace pajas y que le gustan las armas de fuego.

Di-di-digan lo que digan, en el pegamin se cree en Satan. Y creemos que se llama Ender, y su maestro es Vico. Pero, desde luego, al que obedecemos es a Caraperro Wilson. En el pegamin no se oye música, pero se sabe de todo un poco. En el pegamin hay miseria y grandeza, como en la sección de ultramarinos. En el pegamin hay horas bajas, pero siempre tenemos la bragueta bajada y el seguro quitado.

Recuerdo haber leído en la adolescencia algunos novelones (uno de James A. Michener, HIJOS DE TORREMOLINOS, y otro de José Mª Gironella, de la trilogía sobre la Guerra Civil) en los que se planteaba una situación, también repetida en muchas películas, de unos amigos que se separan movidos por las banderías que los van condicionando (últimamente, al releer sobre las relaciones de los escritores Pierre Drieu La Rochelle -fascistizante y antes compañero de viaje de dadás y surrealistas- y Louis Aragon -comunizante y antes miembro de dadá y co/fundador de los surrealistas-, también se repetía el asunto), me ha llamado la atención cómo con las últimas histerias electorales se ha politizado la cosa erótica y tal.
El exnumber, en uno de sus blogs (ahora inencontrable -he intentado linkear pero parece haber sido borrado-), sacó una foto de la actual ministra Chacón con un pie apologético y otro de la velociraptoresa Cayetana con un comentario más hostil, donde el erotismo adquiría un cierto tono sádico. Me entristeció que alguien que en sus entradas pegaminescas había demostrado un paladar sumamente ecléctico en cuanto a bellezas femeninas, de pronto, movilizase sus inmensos caudales de libido y su condición de hombre lefante por facciones y banderías. Me recordó ese momento recurrente cuando, en el anterior párrafo, los amigos de infancia pierden la inocencia y dejan de hablarse y empiezan a odiarse muchísimo pese a que no mucho tiempo antes eran uña y carne en aquella Arcadia de la que se hablaba en RETORNO A BRIDESHEAD.
Como persona que no vota desde el 96 (que nunca lo hizo al PSOE y tampoco al PP -a AP dejé de hacerlo tras abandonar Verstrynge esas aguas-) y puede reconocer la belleza sin reticencias ni rintintines tanto en la ministra Chacón (que admito sea la mujer más sexy que ha presidido un Ministerio en nuestro país -y lo digo sin sesgos parafílicos por el tema de la preñez-) como en la longilínea Cayetana (hoy subalterna de la cerdita Sotaya), y la fealdad y acritud en Mª Antonia Iglesias y en Isabel San Sebastián (a quien siempre he visto como la larguirucha de las Hnas Gilda), me desconciertan estas politizaciones del rijo (sigo pasmado ante la frase de un ano en el hilo sobre la Vallvey cuando proclamó todo orgulloso que no la tocaría ni con un palo -seguramente, su ideologización es tal, que todos sus pajotes los dedica a la vice o incluso a la ya mentada Mª Antonia-).
Bueno, pues eso. Que de ahora en adelante, lo mismo ante una foto explícita en PEGAMINK habrá que hacerse la pregunta que titula esta entrada.

Etiquetas: que la bilirrubina fluya libre por los cauces de espanya

Johnny Deep me parece ese chico que es soñador y alelado, pero de verdad. Que podría ser más chulo de lo que es, pero no lo hace porque no le parece que haya mucho de qué chulear. Sus personajes siempre tienen esa inocencia del fantasioso. Del eterno inmigrante, que siempre acaba de llegar de la infancia, y que todavía no entiende bien el idioma, no le han dado papeles para moverse con total libertad en el Primer Mundo, demasiado abyecto, de los mayores. A veces me siento así, y me gustaría tener la rareza natural que tiene él, sin que parezca una cosa chunga, sin perder en atractivo.

Me gusta más en: "Donnie Brasco", aunque también en "Miedo y Asco en Las Vegas" y algo en "Ed Wood"




Mastroianni es un actor en el que me puedo mirar. Fisicamente, incluso, nos parecemos. Yo tengo el mentón más afilado, menos como de noble, y la nariz algo torcida, de una pelea, y no me he peinado así jamás. Me hubiera gustado tener un aspecto más naturalmente rebelde, como el de Johnny Deep, o el de Kurt Cobain, pero me pega más lo sobrio, lo elegante, el uniforme. Esto quizás, el querer corresponder al canon de Jesucristo, y encajar más en el de romano, me ha hecho un poco tan infeliz como soy. Todo lo que le pasa en "La Dolce Vita" me ha pasado, de alguna manera. Y creo que he puesto la misma cara que él. Soy así, como Mastroianni, sobrio, pero no siempre, estoico, pero viendo a una tía se me olvida. E insatisfecho. Siempre insatisfecho. Atraigo a la gente de alguna manera, por algún motivo, quizás porque quiero hacerlo, para satisfacerme en eso que me falta. Pero sin conseguirlo. De mayor ya no me gusta tanto. Espero envejecer mejor.

Me gusta más en: "La Dolce Vita", como decía.




Robert de Niro tiene unas cuantas películas muy buenas, que nunca habrían funcionado sin él. De Niro tiene pinta de tipo duro, casi siempre, a veces tiene pinta de chico bueno, a veces de loco, a veces de padre preocupado, a veces de tarado, y a veces de salvaje hambriento. No nos engañemos, no se solapan, ningún actor es capaz de interpretar más de dos o tres personajes. Ha ido de una a otra a medida que pasaba el tiempo. Desde que acabaron los ochenta, desde "Toro Salvaje", nunca volvió a ser salvaje. Tenía algo en su cara, hambre o rabia o no se qué, que nunca recuperó. Algo que yo tengo aún, y que tengo miedo de perder con el paso del tiempo. No es que De Niro haya envejecido mal, pero tengo miedo de mirarme un día en el espejo y no ver esa insolencia de gilipollas. Lo que se resume en: "Tengo miedo de dejar de ser gilipollas". No quiero construir una persona, y menos hacer el esfuerzo de hacerla íntegra, como el judío Sam Rothstein y hacer negocios, o como el padre de Calogero, y ser un tío legal. No es que no me gusten sus pelis a partir del 80 (el año en que yo nací), algunas son muy buenas, pero el Robert De Niro que más me gusta es el de "Malas Calles", "Taxi Driver y "El Padrino".

Me gusta más en: Creo que ya lo he dicho...

En el guión de "Rocky", un observador agudo (y otro no tanto, pues yo fuí capaz) puede descubrir muchas de las claves de la personalidad del primer Stallone. El deseo por triunfar, por salir de la cocina del infierno italo-americano, romántico para ver en el cine, pero una putada para toda la gente que vivió allí. El deseo por ser amado, por poseer a una mujer en todos sus aspectos, el deseo de pelear, con lo que sea, contra lo que sea, la decisión suicida del auto-sacrificio, el valor y la rabia. El deseo de darle un puñetazo al mundo y no de hacer como que es posible cambiarlo. La mirada lánguida de Stallone, aporta un matiz de animal herido, desesperado y desencantado, capaz de pelear hasta la última gota de sangre por nada en concreto.

Me gusta más en: "Rocky" y "Acorralado". Casi todas sus demás películas son una puta mierda, para ser consecuente con la filosofía existencial expuesta en "Rocky".



Sean Connery yo lo entiendo como James Bond. Antes decía que los actores no suelen hacer bien más que dos o tres personajes. Si son buenos, solo uno. Añado. ¿Qué tiene de bueno el polifacetismo?¿Esa especie de ansia que tienen los actores y la crítica por lo "camaleónico"? No hay ningún otro James Bond siquiera a años luz del personaje de Connery. Me he visto todas las películas de James Bond. Creo que es el único gusto común que tengo con mi padre. Connery es la picardía, pero no la del miserable, sino la del hombre decidido. Bond mira a una mujer y sabe que, debajo de su juego de idas y venidas, queda sacar un siete y aparecer bajo las sábanas. Es curioso ver como Connery se enfrenta a la acción. Parece una molestia para él, pero una molestia necesaria, como quitarle el precinto a una botella antes de beber. Connery, cuando regresa al estado normal, vuelve a la burla, a ser una especie de Comediante, pero brit y con estilo. A veces, cuando las cosas me van bien, recuerdo que nada tiene significado y que todo esto es un momento, y todo me sabe tan amargo, que lo único que me queda entre tanto nihilismo, es la burla. La media sonrisa. A veces cuando la gente me habla de si misma, pongo una sonrisa de medio lado a lo Connery.

Me gusta más en: Todo Bond. Las demás lo hace muy mal, a lo mejor se salva en "Zardoz", o en "El día más largo", la parte que le toca.


Graham Chapman no es exactamente un actor de epopeyas, y precisamente en las películas de los Monty Python es donde peor lo hace. En cambio, en sus apariciones en el show "Monty Python's Flying Circus", deja ver su espíritu improvisado y fresco, genuinamente cómico, alcohólico y convencidamente sarcástico. Y muy dañado en el alma por lo absurdo de la vida y de las personas. Cuando bebo, me comporto un poco como Graham Chapman. Me inspiran los personajes con autoridad, o sea, la gente en general, me resultan infinitamente ridículos, infinitamente necesitados de una explicación práctica de su propia estupidez. Graham Chapman era homosexual y médico. Estudio medicina para no ejercer jamás. Es el tipo de cosa que me gusta. La gente dice, ¿y eso, qué sentido tiene?. ¿Y eso, para qué sirve?. Pues para qué va a servir, querido amigo. ¿Te apetece bailar y darme unas bofetadas con un pescado?

Me gusta más en: "MP's Flying Circus".

aquí

Todo lo que hacen estos señores me parece interesante y me ata a la pantalla (si estoy viendo otra cosa, por muy de culto que me resulte, y al zapear en un intermedio me topo con alguno, me quedo ahí fijo) . Hasta la fecha, no he visto nada con ellos dentro que me resulte prescindible.
Les agradezco títulos grabados por siempre en mi córtex, historias más grandes que la vida (en ocasiones -pocas, pero haberlas haylas-, no especialmente por la dirección ni por el guión, sólo por la presencia de estos actores): GET CARTER, BAD COMPANY, K-PAX, MELODIA PARA UN ASESINATO, EL TREN DEL INFIERNO, PULP FICTION, LOBO, LA HUELLA, ALGUIEN VOLO SOBRE EL NIDO DEL CUCO, LOS FABULOSOS BAKER BOYS, SHINER...

...al gobernador de Florida y su hermano, que llegó a Presidente.

Es ver su cara por la pantalla zapeante y o apagar la tele o buscar otra cosa mientras la boca se me crece en un bostezzzzo sin par.
Carne de estrenos tv sobre problemas familiares, de pelis serie b de guerra o del Oeste, de comedias románticas postmodernas sin gracia (esto es, sin Hanks. sin Gere o sin Billy Crystal), de frikeces patosas...
Estoy plenamente de acuerdo con las puyas masónico/simpsonianas o de FAMILY GUY sobre alguno de los arriba convocados.
A la cabeza, John Ritter, el actor más soso del mundo. Maldito por siempre al intentar emular al prota original de UN HOMBRE EN CASA, Richard O´Sullivan. ¿Resultado?: una estupenda serie británica de humor transmutada en bodrio plomizo sólo apta para saldo de cadenas locales.

Resto

Etiquetas: Chaladuras

De parte de Juanjo Seixas (MUNJOIE para los Luminarcas y creador del espléndido blog de imagen con miga pensante EFIMERA), les hago partícipes de esta parida visual.

Pinchad aquí.

más aquí

Me mola esta chica. Me encantan las bolsitas bajo sus ojos y su color de piel así como su tono de voz. Me la encuentro siempre en la tertulia de Cuatro que modera la Campoy cuando hago transbordo entre los chefs de COCINA PARA 2 y Arguiñano. Creo que se llama Angela Vallvey y va de escritora laureada afin al PP (o sea, como Prada pero más atrayente en cuanto a presencia física). No he leído nada suyo ni en libro ni en periódico pero me gusta cómo se defiende de la pitbull Mª Antonia Iglesias y del anciano espectral de blancas melenas. También me conmueve cuando se indigna cual Pequeña Lulú al ser acusada de hooligan del PP y de peligrosa ultraderechista. Como persona que ha conocido bastante de cerca en todas sus dimensiones y facetas el mundillo nacional español les puedo asegurar que llamar semejantes cosas a tan dulce criatura es asaz exagerado.